Crítica de La medida exacta del universo
En el mes de enero de 2020 la compañía La Teatra presentó en el teatro Nave 73 esta puesta en escena, una historia sobre el amor y el desamor. La obra se desarrolla desde dos puntos temporales diferentes, por un lado vemos a Lucas, personaje principal, en el pasado, hace 17 años mientras se enamoraba de una chica en Londres y por otro a Lucas del presente, con 40 años y quien tiene ahora un hijo con otra chica llamada Zoe, se enfrentan a un complejo proceso de separación. La historia a simple vista puede parecer algo estereotipada pero por fortuna se aleja de ello. En medio de la soledad del personaje principal, el público va conectando con sus emociones y por ahí de paso, como él, también se va enamorando, en este caso de la obra, la cual como espectador se sigue escena a escena, con esperanza, como quien se va enamorando, poco a poco, para después enfrentarse con la realidad.
Dramatúrgicamente se destaca la bifurcación que se da en el relato, en el cual de manera simultánea y a partir de los recuerdos de Lucas en el presente, vemos la historia de su pasado, en donde es interpretado por otro actor. El presente constantemente intenta intervenir en el pasado, y es allí donde llama especial atención la representación de la manera en que recordamos apoyada entre otros recursos por el suelo escénico. Es cierto que traemos al presente aquellos hechos importantes de nuestra vida, que de buena o mala manera nos han marcado, pero Lucas se cuestiona constantemente acerca de cómo en ocasiones manipulamos dichas experiencias, volviéndolas difusas agregando palabras o hechos que quizás nunca ocurrieron.
En el aspecto actoral se percibe una gran calidad, por medio de un código naturalista se transmite cada emoción. Los actores brillan en escena llevándonos de la risa al llanto y del llanto… al llanto, hay espectadores a los que se les ve llorar desde la mitad de la pieza y que, al final, se les ve alternar sus manos entre aplaudir y secar sus lágrimas, es impresionante. Toda una exposición de buen teatro. Destaca en este aspecto la interpretación en vivo de las piezas musicales que aportan aún más al carácter trágico de la obra, y dan el golpe final al espectador, promoviendo una sensación de melancolía que viene a ser la atmosfera general de la obra.
Cabe resaltar en este punto algunos toques de humor que le dan un toque fresco a la pieza, especialmente en el caso de la madre de Lucas, a quien conocemos por medio de una voz en off mientras habla telefónicamente con él, brinda unos momentos de risa con buena recepción del público, pero que a su vez evidencian la infinita soledad en la que se encuentra Lucas, quien, en contradicción con la respuesta del público siempre parece sufrir con dichas llamadas y las banalidades de las que habla su madre.
Si bien escenográficamente solo se cuenta con el suelo escenográfico, este da cuenta de cierto abstraccionismo que revela un carácter onírico en la pieza, y que es aprovechado de varias maneras en escena, como dividir el pasado del presente, que como ya se ha mencionado, se entrecruzan. El reflejo que produce el suelo se trasforma a partir de la iluminación brindando más oportunidades de significación, que son bien aprovechadas.
En definitiva, la medida exacta del universo cuestiona cuál debe ser la medida exacta del amor, o si debe haber alguna. Fluctuando entre dos extremos muy definidos, en uno tenemos a la chica de la cual se enamora en el pasado que representa la libertad de los sueños y el dejar fluir la vida y por el otro vemos a Lucas, más racional, con ideas más apegadas hacía lo tradicional. Al final evidencia que nada es como lo había planeado e intenta reconstruir su pasado viajando a Londres de nuevo, pero allí la soledad lo golpea con más fuerza. Lucas tiene en este punto su anagnórisis, busca algo inalcanzable, lo vivido, esos recuerdos tan gratos que tiene, son solamente eso y el futuro, tal como lo imagino, nunca va a ser así, la certeza es que va a brindar sorpresas. Es sin duda una pieza recomendable y que habla muy bien de la escena alternativa madrileña, a la cual otorga una frescura partiendo de la sencillez, una compañía que con seguridad dará de que hablar en el ámbito teatral
Sinopsis
Hace 17 años, Lucas vivió en Londres una intensa historia de amor con una chica, que acabó cuando ella se marchó.
En el presente, Lucas está en plena separación de Zoe, con un hijo por el que se plantea renunciar a su sueño de ser investigador para mantenerlo con un trabajo estable.
Pero Lucas siente que, antes de tomar esa decisión, necesita volver a Londres para encontrarse consigo mismo paseando por los recuerdos de un tiempo que no podrá volver. (Página nave 73)
Equipo
Julio Salvatierra
Autoría
Juan Jiménez Estepa, Juan Jiménez Estepa
Dirección
Juan Jiménez Estepa
Ayudante de dirección
Daniel Oliva
Producción
Eslinga Producciones
Reparto
Carlos Algaba, Elisa Berriozabal, Carlos Guerrero, Teresa Mencía,Con la colaboración de Pilar Gómez (voz en off)
Escenografía
Javier Ruiz de Alegría
Iluminación
Javier Ruiz de Alegría
Fotografía
Daniel Oliva, Juan Jiménez Estepa
Compañía
La Teatra
Vestuario
La Teatra
Diseño del cartel
Daniel Oliva, Juan Jiménez Estepa
Idioma
Castellano
Fecha del Estreno: 13/02/2020
Teatro: Sala Nave 73
Sala: -
Duración en minutos: 75
Género Drama
En los Medios José-Miguel Villa, “La medida exacta del universo’ o el bulevar de los sueños rotos”. Ociocritico Aldo Ruiz, “La medida exacta del universo’: Juan Jiménez Estepa aborda el paso del tiempo y los sueños truncados en una nostálgica historia, relatada en dos tiempos” . El teatrero Juan Pedro Carrasco, “La medida exacta del Universo, de Juan Jiménez Estepa, da la medida exacta del amor.” Ociocritico
La medida exacta del universo
«En medio de la soledad del personaje principal, el público va conectando con sus emociones y por ahí de paso, como él, también se va enamorando, en este caso de la obra, la cual como espectador se sigue escena a escena, con esperanza, como quien se va enamorando, poco a poco, para después enfrentarse con la realidad.»
Guillermo Vasques
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