Aprender jugando en el teatro es posible

Crítica de Fabulosas Travesuras

Sandra Domínguez Bautista

Prácticas, Máster de Teatro y Artes Escénicas UCM

Fabulosas travesuras trata temas como las emociones, el reciclaje, la generosidad y el compañerismo entre otros. Nos los presentan con Trave y Suras que son dos duendes de imaginario popular con maquillaje fantasía y vestuario de tonos rojos, verdes saturados y marrón que van complementando con diferentes accesorios (gorros, chalecos y utilería de planta) a lo largo de la obra para crear los diferentes personajes de las fábulas. Habitan en un bosque, llevado a escena en una escenografía fija de espacio continuo con corpóreos de bastidores y practicables e iluminación que varía entre los tonos rojos, azules, verdes y naranjas; y luces ultravioletas que recrean un mundo de fantasía bajo el agua.

Desde principio a fin de la obra mantienen al público activo, aprendiendo y recordando conocimientos que construyen un mundo mejor. La puesta en escena en ningún momento deja atrás el elemento tan importante para el teatro infantil que es el de la enseñanza; niños y adultos aprenden curiosidades o se conciencian de una forma divertida. Antes de cada fábula, se escucha una voz en Off que, resultando cómica, nos enseña sobre geografía y biología, entre otras cosas. Además, los duendes nos repiten las enseñanzas de forma clara para que las asimilemos mejor.

La forma de hablar y de moverse de los personajes hacen un perfecto equilibrio en la actuación. Es un clásico dúo cómico: el chico ‘pasota’ y ‘chulo’ de voz más grave y lento al hablar y la chica ‘nerviosa saltimbanqui’ con un tono de voz más agudo y rozando el límite de lo estridente. Para todos sus movimientos, las actrices parten desde una posición clownesca de rodillas semiflexionadas en tres cuartos hacia el público, ampliando la comicidad con la exageración de la posición corporal así como del rostro, realizando juegos con los tamaños de los objetos, con el ritmo e incluso ‘rebobinando’, usando partituras de movimientos repetitivos al compás de la música, incluyendo entre sus ritmos diferentes estilos como el flamenco o el reggae, así como bailes, y relacionándolo todo con las emociones. La obra es un “no parar” de energía, ritmo y risas; las actrices, además de interpretar su papel se mantienen alerta para contestar a los niños cuando hablan e improvisar incluyéndolo en la escena de una forma muy limpia y natural. Piden al público que realice acciones como leer, bailar, gritar o crear ritmos con el cuerpo, quienes lo hacen encantados.

Fabulosas travesuras es una puesta en escena familiar muy divertida y fructífera que reúne diferentes disciplinas artísticas o técnicas como el clown, la animalización, la danza, marionetas, música y canto, teatro negro y mímica, entre otras, así como juegos de memoria y ritmos que hacen que los más pequeños no pierdan el hilo de la historia y sea un público muy agradecido.