Erresistentzia arazo fisikoa da (La resistencia es un problema físico)
Crítica de Erresistentzia arazo fisikoa da (La resistencia es un problema físico)
En sus inicios la pieza de Maite Aizpurua se llamaba Erresistentzia (Resistencia) y después pasó a titularse Erresistentzia arazo fisikoa da (la resistencia es un problema físico). La autora cuenta que la propuesta nació de su investigación acerca de la velocidad y la parada. El pasado fin de semana 27, 28 y 29 de mayo, Madrid tuvo la oportunidad de asistir en la sala DT Espacio Escénico, ubicada en pleno centro, a una pieza teatral donde el cuerpo de la actriz se situaba en un lugar privilegiado de la escena, acompañada por una aparatosa máquina de correr.
El planteamiento de la historia es sencillo, sin embargo, lo que enuncia que es la experiencia de vida de la propia actriz y todo lo que nos muestra acerca de ello es lo que dota al montaje de una complejidad mayor. Aizpurua comienza con la pregunta de: ¿cuándo aprendemos a andar? Y contesta cómo, en su propio proceso de vida, comenzó a caminar en distintas etapas. El escenario se convierte en un espacio de resistencia corporal. La actriz se mueve por las tablas dejando conocer al público cada límite de su cuerpo, también habla de esto el título. La capacidad corporal que tiene la intérprete es amplia: la observamos al trote, saltando, haciendo volteretas, bailando, subiéndose a la máquina, etcétera. En el campo vocal también juega a ejecutar modulaciones de voz y a cambiar el registro en determinadas partes de la obra. Estas propuestas no son confusas con el relato, sino que son coherentes con la fábula de la resistencia que nos muestra en escena.
El texto completo está en euskera, pero con subtítulos en castellano que se proyectan durante la representación. Están bien montados y no supone ninguna distracción, sino que cumplen su función y hacen accesible el espectáculo. El montaje se divide en tres partes que están separadas por una tríada de informes médicos que mueven a la protagonista a las acciones físicas. Su intención con ello es desmontar aquello que acostumbran los campos de la biología y la medicina de nombrar a seres capaces e incapaces. La actriz, sin dar lecciones, pervierte los informes e incorpora nuevas formas de moverse, de hacer en el escenario y de contar el relato. En escena introduce tres objetos que tienen funciones diferentes y que son clave para la percepción del espectáculo. Por un lado, la intérprete usa una sábana blanca con la intención de esconder y al mismo tiempo, desvelar elementos del escenario. Utiliza unas zapatillas de deporte con las que materializa la acción de correr. Y, por último, manipula una carpeta con papeles que enseñará al público en un momento dado rompiendo la cuarta pared. El sobre contiene los informes que funcionan como hilo conductor de la pieza. No existe escenografía más que la máquina de correr. El escenario se encuentra abierto y vacío de bambalinas. En conexión con la historia, encontramos en el espacio escénico lo que se quiere mostrar, no hay trampas. El escenario está desnudo y los significados los va dando la actriz con los objetos, su voz, su cuerpo y la acción que lleva a cabo.
Los medios espectaculares se construyen a través de la iluminación y la música. Miriam Ubanet se encarga de la realización lumínica, que acompaña la representación y crea las atmósferas de cada secuencia. La música que aparece en el montaje nos es conocida como el Voyage, Voyage de la década de los ochenta. Suena sin letra, porque el significado está en la acción que la actriz realiza cuando aparece la melodía. Me parece oportuno señalar el espacio sonoro, puesto que ocurre de manera intencionada por la actriz. Este se compone por todos los medios que producen sonido durante la representación: la maquinaria, los elementos que la intérprete empuja contra la cinta, cuando la actriz se sube encima de la máquina de correr y juega con ella. Los sonidos que, como he dicho, se han pensado de forma intencionada, pero no se pueden preparar con demasiada antelación, puesto que ocurren en ese preciso momento en la escena. Junto con el relato personal de la artista, los sonidos, describen la verdad de lo que estamos contemplando en el escenario. La realidad de que las resistencias no son inamovibles, que están en constante movimiento, y que el cuerpo es un reflejo de cada una de ellas.
Sinopsis
¿Cuándo empieza una promesa a devenir en materia?
¿Cómo correr desde, a pesar y con nuestro propio cuerpo?
En la cultura del running, correr significa seguir los pasos marcados de la aceleración. Esta pieza de teatro-performance, sin embargo, nos invita a pararnos. Pararnos en los rincones de la memoria corporal donde habitan las sentencias médicas, los andares torcidos, los deseos irónicos y los ejercicios de disciplina física. Parar sencillamente para atravesar las resistencias intimas y reinventar escenarios que revienten desde dentro el concepto de “discapacidad”. Compartir las vibraciones de la máquina y los fantasmas que nos rodean. Se suele decir que se pilla antes a una mentirosa, que a una coja. No obstante, la verdad no es más que una mentira bien entrenada. Una promesa puesta en marcha.
Equipo
María San Miguel
Autoría
Maite Aizpurua Olaizola
Dirección
Maite Aizpurua
Producción
Maite Aizpurua
Reparto
Maite Aizpurua
Iluminación
Miriam Ubanet
Música
Asier Renteria
Fotografía
Yuri Agirre (Kulturaz Koop)
Idioma
Euskera
Fecha del Estreno: 06/03/2020
Teatro: DT Espacio Escénico
Sala: -
Duración en minutos: 50
Género Monólogo, Performance
En los Medios (Hegats 57) “Teatro y Literatura: Sismógrafo de escenario” Uberan [6/10] Eitb.eus, “Maite Aizpurua: Erresistentzia Arazo Fisikoa da” eitb.eus [8/10] Mikrouhinak “Maite Aizpurua” [7/10] Entrevista: Miren Garate “Bizitzak beti itzultzen gaitu gorputzera” [10/10]
Erresistentzia arazo fisikoa da (La resistencia es un problema físico)
«Junto con el relato personal de la artista, los sonidos, describen la verdad de lo que estamos contemplando en el escenario. La realidad de que las resistencias no son inamovibles, que están en constante movimiento, y que el cuerpo es un reflejo de cada una de ellas.»
Andrea Hurtado Martínez
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