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Crítica de Azaña: una pasión española

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Julio Vélez Sainz
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(ya reseñada en esta plataforma) y de la versión teatral de Tiempo de silencio, la abadía actualiza una obra que ya presentara José Luis Gómez en los años 80: Azaña: una pasión española.

Se trata de una dramaturgia basada en documentos reales históricos. Aunque no podríamos hablar en sentido estricto de “teatro documento” a la Peter Weiss, Gómez maneja con soltura diversos testimonios de Azaña de modo que nos presenta una imagen global de la figura que roza la reivindicación orgullosa. No cabe duda de que es una obra que ha de entenderse en su contexto (los 80), muy marcados por la puesta en escena de La velada de Benicarló por Nuria Espert. En 1988 estrenabaAzaña, una pasión española, por el que recibía el Premio Nacional de Teatro, y que retomaría en varias ocasiones como producción de La Abadía, la última de ellas pudo verse en el Teatro Español en 2005.

Escenográficamente Unamuno y Azaña son dos espectáculos muy distintos: el primero se fundamenta en un torno giratorio (al estilo de las devanaderas áureas o los tablados del teatro kabuki) que permitía establecer dos escenas contrapuntadas (la del actor contemporáneo—Gómez y la del propio Unamuno); por su parte, Azaña es un espectáculo con pocos elementos escenográficos (tres sillones, dos de ellos fijos y uno móvil) que dividen el espacio escénico. La obra se abre con la  apuesta arriesgada de un Azaña de espaldas al público que recalca un discurso durante 15 minutos en el primero de los tres sillones, el más alejado de los espectadores. La dirección busca recalcar, claro, el hecho de que Azaña aparezca al fondo como una sombra que viene del pasado. La luz cenital e indirecta en este punto subraya precisamente el aspecto casi fantasmagórico del personaje. En este momento, Azaña lee “Lo que dicen de mí”, un famoso y emotivo discurso: “Cobarde, dictador, me llaman. Desconozco la risa, la alegría, el amor, el optimismo. Aun la primavera ignoro”.

Los otros dos espacios son usados de manera más convencional. En el segundo sillón encontramos un cenicero que Azaña usa constantemente. Es quizá el espacio donde se le ve más relajado y donde se interpretan los textos más íntimos. En este espacio se interpreta una entrevista en la que el presidente responde algunas insidias propaladas por el fascismo en su contra, sobre todo, su necesidad de “triturar” el ejército y que España hubiera dejado “de ser católica”.

En el último espacio se sitúa algún desdoblamiento interesante entre Gómez como actor y Azaña como personaje (elemento en el que se fundamenta la dramaturgia de Unamuno). En este momento se interpreta el “Juicio sobre sí mismo”, artículo que cierra la obra.

El espacio sonoro depende enormemente de la gran selección que se efectúa. Azaña era un gran melómano y el importante refuerzo musical de la obra subraya esto mismo. Se utilizan fragmentos de Wagner, Haendel, Bach, y, sobre todo, Beethoven de quien se ponen el oratorio Cristo en los olivos y la octava y novena sinfonías.

En breve, un interesante ejercicio de teatro discursivo que resulta una buen lección histórica pero que puede resultar difícil para el público general y, en el caso del especializado, para el no muy avezado en funciones históricas y documentales.

Julio Vélez Sainz

SET – ITEM

 

 


Sinopsis

Reencuentro con el hombre que lleva años acompañando la trayectoria profesional de José Luis Gómez, don Manuel Azaña, figura clave en el devenir histórico y político de nuestro país.
En 1980, en plena Transición, montó una versión teatral de su Velada en Benicarló. Ocho años después estrenó en el Centro Dramático Nacional el espectáculo Azaña, una pasión española, que retomó en varias ocasiones como producción de La Abadía.

Como contrapunto del nuevo proyecto en torno a Unamuno, Gómez vuelve a compartir esta inmersión en los discursos, artículos y cartas del estadista y escritor Manuel Azaña. Para mantener viva la Memoria Histórica, conviene recordar su templanza y su lucidez.


Equipo

Dramaturgia
José Pascual Abellán, Manuel Álvarez
Autoría
Manuel Azaña


Dirección
José Luis Gómez
Ayudante de dirección
Lino Ferreira, Lino Ferreira








Reparto
José Luis Gómez
Escenografía
Mario Bernedo




Iluminación
José Manuel Guerra


Música
Alejandro Massó
























Asesoría literaria
José María Marco






Web
Teatro de la Abadía


Idioma
Castellano








Fecha del Estreno: 09/03/2018

Teatro: Teatro de la Abadía

Sala:  Sala José Luis Alonso

Duración en minutos: 60

Género  Tragedia

En los Medios

Raúl Losánez, La Razón: «Azaña, una pasión española: sobre hombres libres».

Juan Ignacio García Garzón, ABC: «Azaña, una pasión española: patriotismo constitucional».

Santos Juliá, El País: «La voz de la República».


Azaña: una pasión española

Azaña, una pasión española: patriotismo constitucional.

Juan Ignacio García Garzón

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