
Sinopsis: Un personaje obsesivo, cuadrado y meticuloso. Un ser único en su especie rodeado de un sinfín de cajas que se escapan a su control y con las que juega para dar forma a su mundo. Del caos surge un universo delirante donde inventa la risa, creando una locura cómica y transformándose en un nuevo ser con una nueva figura.
Autoría: Jesús Velasco
Dirección: Arturo Cobas y Jesús Velasco
Reparto: Jesús Velasco
Escenografía: Cruz Velasco y Jesús Velasco
Iluminación: Flavia Mayans de la Morena
Vestuario:
Duración: 50 minutos
Género: Teatro-circo
Festivales: Feten
Premios:
Web Oficial:
Crítica teatral de SÓ.
Un buen mago nunca deja de revelar sus trucos
Mélanie Werder- Instituto del Teatro UCM
Una torre enorme, un particular coliseo hecho de bloques de madera espera al público. Junto a la torre, Xampatito Pato (Jesús Velasco), que atusa su bigote en un mecánico ritual. Orden, ritual,un santiguarse trasvasado al vello facial. Con las manos llamar al azar, a la suerte, a las fuerzas todopoderosas, como si todo lo que va a ocurrir en los 50 minutos de deliciosa función no fuese un juego de falsos azares manufacturado con la precisión de un relojero. Los bloques de madera, la base del universo lúdico, con una estética simple, cuidada y que funciona de maravilla. El mundo en el que vive el personaje queda enmarcado dentro del cuadrado que delinea el escenario, hecho este también, a la imagen y semejanza del bloque de madera que lo conforma todo.
El universo, creado bajo una gama cromática de marrones y ocres que derivan de la madera, queda establecido con una serie de códigos – orden, normas, rituales, rutina: repetición- sencillos y efectivos. Los bloques de madera, convertidos a su vez en cajas donde todo puede aparecer, estructuras que se construyen, pelotas que aparecen, figuras geométricas varias, todas ellas creadas a la vista del espectador generan un espectáculo con una estética cuidada en un universo particular y lógico.
En la búsqueda del humor, los números -malabares, juego- se suceden de manera inteligente. Las habilidades de Xampatito tejen situaciones de extraña belleza, equilibrio, carácter. Tirar una torre, montar una torre, y entre el punto A y el punto B: el espacio exacto en el que todo podría pasar. Sobre eso se construye Xó. El personaje siempre mil veces más ágil que el espectador, la mano más rápida que la vista, el ingenio escénico avispado, la respuesta, rauda. La capacidad del protagonista de vislumbrar las devoluciones del público y generar con ellas una narrativa que cuadra perfectamente con su universo cómico es notable.
Un hombre solo en el escenario. ¿Solo? No. La unión con sus bloques de madera llega a lo sublime con la coordinación con su técnico, el sentido del ritmo, la precisión técnica, la perfecta elección de la música cobran un significado especial en esta pieza. ¿De qué va? De jugar. Pero no se equivoquen, nunca una partida de jenga fue tan emocionante, nunca un creador boicoteó tan bien sus trucos cuando el público ya los había imaginado, nunca el estruendo de una torre cayendo sonó tan bien. ¿Nunca? Vayan a verlo, el orden, el concierto, la precisión y la madera se convertirán en lo más divertido de su día.
Críticas en prensa
Alberto Román, “Jesús Velasco presentó ‘Só’, una función de malabares tan sorprendente como divertida” Diario Úbeda
Entrevistas y reportajes
Redacción,”Xampatito Pato triunfa en FETEN con ‘Só’”, Revista Galega de Teatro
Redacción, “‘Só’, la pieza de circo de ‘Xampatito Pato’, llega este sábado al Café de las Artes” El Diario.es
“Tirar una torre, montar una torre, y entre el punto A y el punto B: el espacio exacto en el que todo podría pasar. Sobre eso se construye Só. El personaje siempre mil veces más ágil que el espectador, la mano más rápida que la vista, el ingenio escénico avispado, la respuesta, rauda.“
” Só, que en gallego significa sólo es el restulado de un concienzudo trabajo de investigación del malabarista Jesús Velasco en una técnica no demasiado extendida (…)la de los “cigar boxes” o malabares con cajas”
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