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Sinopsis: Cassiers hace su personal lectura de la novela del mismo título de Woolf. Un hombre que vive 400 años, se acuesta siendo hombre y amanece siendo mujer. Esta es la anécdota, con ella la novelista ficciona cómo resultan los mundos vistos desde uno y otro sexo, las sensaciones, sentimientos, la relación con el mundo que le rodea; al mismo tiempo utiliza la novela para exponer sus puntos de vista en relación con el género desde la perspectiva de comienzo del siglo XX, 1928.

Dramaturgia: Erwin Jans

Autoría: Virginia Woolf

Traducción: Gerardine Franken

Adaptación: Katelijne Damen

Dirección: Guy Cassiers

Producción: Toneelhuis

Compañía: Toneelhuis de Amberes

Reparto: Katelijne Damen

Escenografía: Guy Cassiers

Iluminación: Giacomo Gorini

Videoescena: Frederik Jassogne

Vestuario: Katelijne Damen

Espacio Sonoro: Diederik De Cock

Vídeo Promocional: Orlando

Fecha del Estreno: 2 de febrero 2017

Teatro: Canal

Género: Contemporáneo

Duración: 1 hora 45 minutos

Festivales: Festival de Tardor de Catalunya; Festival de Otoño a Primavera

Web Oficial: Orlando

Entrevistas y reportajes:

Raquel Vidales,El País:“Guy Cassiers, el mago teatral de las tecnologías, disecciona Europa”

Atención obras-La 2-RTVE:“L´Orlando de Guy Cassiers y Katelinje Damen”

Concha Barrigós,El Confidencial:“Guy Cassiers:´El lenguaje es lo que permite sobrevivir a la crueldad´”

 

 

 

antunano

Propuesta basada en la novela Orlando con la finalidad de transmitirla más sensorialmente, como propone Woolf en el relato, que de una manera racional, por medio de la comprensión del texto. Para conseguir este objetivo, el director opta por dividir el espectáculo en dos partes muy diferenciadas: la primera, más narrativa, descriptiva y estática (se prima el discurso de la actriz apoyado en imágenes, con matizaciones tonales claramente perceptibles, aunque no se entienda la lengua); la segunda, más dramática y dinámica tanto en el juego de la intérprete sobre el escenario como en la fuerza e intencionalidad de un lenguaje que se escucha con más coloración e intensidad y mayor lirismo. La actriz, durante toda la representación en el escenario, dirige toda su interpretación a la transmisión de sensaciones de Orlando y a dejar entrever la soledad.

El director encamina todo el trabajo con la actriz para conseguir la transmisión al espectador de sensaciones: la voz con la que matiza estados del alma y el paso de una emoción a otra, a base de musicalidad, melodía y tonalidad y textura de la palabra; los movimientos sobre el espacio de representación, leves y sensoriales, unas veces jugando con el cuerpo de la actriz, otras con el juego del vestuario que se despliega. Sobre el sólido trabajo de la intérprete, Cassiers pone intensidad plástica con la escenografía, las luces y las imágenes de cuatro cámaras que proyectan en directo, imágenes de la actriz o de diferentes objetos que hay en el suelo (imágenes que, en ocasiones aparecen mezcladas). El lugar de proyección es la pared del fondo y las laterales son neutras; el suelo es una caja de sorpresas: unos paneles que son movidos por la actriz, esconden mapas, fotos, dibujos abstractos, restos del naufragio de Orlando, etc, siempre encaminados para producir un diálogo entre la actriz y su interpretación y las imágenes escogidas, y con esta conjunción de lenguajes, transmitir esas sensaciones. Las imágenes en la primera parte son más ilustrativas de la palabra (más informativas, pero acaso menos interesantes), mientras que en la segunda parte logran fundir el pensamiento del personaje expresado mediante la palabra y los signos cinéticos y proxémicos de la actriz, y el sentimiento que cala a través de la imagen y el espacio sonoro.

Teatro sensorial, emotivo, trasmisor de sensaciones a través de un lenguaje visual donde adquieren la misma importancia la intérprete y los elementos plásticos del director, dispuestos en un permanente diálogo. La recepción del público fue más bien fría y la razón hay que buscarla en la sobretitulación: resulta casi imposible dejarse arrastrar por una atmósfera sensorial que exige una inmersión, y estar al mismo tiempo pendiente de seguir la narración en los sobretítulos, porque la historia de la propia novela es una anécdota y lo que cobra importancia es qué estado crea en el personaje.

José Gabriel López Antuñano, UNIR

Juan Ignacio García Garzón, ABC: “Orlando curioso”

Miguel Gabaldón, Notodo:  “Orlando: una pequeña gran vida de 400 años de historia”

María Carrasco Mejuto, Cultural Resuena: “´Orlando´, de Guy Cassiers”

Horacio Otheguy Riveira, Culturamas: “´Orlando´, de Virginia Woolf: mágica experiencia teatral”

 

«La XXXIV edición del Festival de Otoño a Primavera trae al teatro Canal “Orlando” de Guy Cassiers, …»

María Carrasco Mejuto

Cultural Resuena

«Érase una vez un apuesto joven isabelino, noble y poeta, que a los treinta años se transforma en mujer…»

Juan Ignacio García Garzón

ABC

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