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Isabel la electrónica 

Crítica de Verona

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Zonia Lostaunau
Prácticas, Máster de Teatro y Artes Escénicas UCM

Esta vez el teatro isabelino se traslada a El Umbral de Primavera en Lavapiés y se viste de luces psicodélicas, nos embriaga con música electrónica y nos sumerge en Verona, una tragedia electrónica en 360°. Una adaptación innovadora e inmersiva de Romeo y Julieta de Shakespeare realizada y dirigida por el autor, coreógrafo e intérprete argentino Nicolás Pérez Costa en colaboración con Alma Vidal, su directora adjunta.

El director es considerado uno de los referentes más importantes del circuito off en su país y ha sido nominado a diferentes y prestigiosos premios en Argentina como director, actor, coreógrafo, diseñador de luces y dramaturgo. Además, lleva más de 15 años formando interpretes idóneos en el teatro musical y el teatro clásico y ha sido director del estudio IFA, Estudio 24 y del Teatro El Cubo, coordinador del teatro El Globo; todos espacios referenciales y de gran prestigio. Su directora adjunta, dramaturga y actriz española —formada en la RESAD, L’Université d’Avignon, entre otros— dispone de su propia compañía en la que ha realizado varios proyectos profesionales y donde ha dictado Talleres de Creación, así como de Iniciación al Teatro en algunas asociaciones culturales de Madrid. Nicolás y Alma se fusionan y nos sumergen en una discoteca veronesa a través de la luz, el sonido, el baile, el canto y la magia propia del teatro desde que el Umbral abre sus puertas.

El elenco está conformado por actores de la escena española y argentina como María Lobillo (Julieta), Marc Bonnín (Romeo), Néstor Goenaga (Romeo), Raquel Arigita (Ama), Juan Ignacio Gé (Mercucio), Santiago Velázquez (Tibaldo y el boticario), José Barbado (Señora Capuleto), David de Jorge (Fray Lorenzo), Pedro Martínez (Benvolio), Belén Camps (Princesa). Un elenco joven que canta, baila e interpreta dejándolo todo en la disco y no solo eso, bailan con el público y conversan con ellos haciéndolos parte de esta experiencia de principio a fin. La presencia de dos Romeos en el elenco se da porque Néstor Goenaga acude al local el día que Marc Bonnin no puede asistir y, a veces, el director también encarna este papel. Todo inicia cuando, en medio del bullicio típico de una discoteca, Tybaldo y Benvolio comienzan a pelear y, como es de esperarse, son rodeados por el público. En ese momento, la historia electrónica de Romeo y Julieta que todos conocemos empieza.

En esta propuesta de teatro inmersivo, el lugar de la representación cobra una gran relevancia, ya que el público tiene la libertad de explorar el espacio a su gusto y puede decidir lo que quiere ver y lo que no. Los espectadores son activos y pasan a formar parte de la dramaturgia. Además, están situados en el lugar de los hechos sin el distanciamiento natural que genera un proscenio e interactúan con los personajes a lo largo de la puesta. La disposición emisor-receptor varia a lo largo de la representación. En un primer momento es libre, ya que el público está de pie y elige dónde situarse, al igual que en una discoteca. Luego, a medida que avanza la historia, los actores se encargan de rodear al público para luego pasar a una disposición a dos bandas donde se tiene de un lado a los Montesco y del otro a los Capuleto, generando así la idea de enfrentamiento. Por momentos, la disposición es frontal cuando el Ama o Julieta intervienen captando la atención de todos.

La escenografía es semi-fija de espacio consecutivo, ya que los pocos mobiliarios presentes son variables e indican los cambios de espacio. Además, por medio de la iluminación nos transportan a la casa de Julieta, a la del Boticario o a la tumba de los amantes. Asimismo, gracias al espacio sonoro sabemos que estamos dentro de la discoteca cada vez que la electrónica está a tope y que estamos fuera de ella cuando un silencio —que nos lleva al balcón de Julieta— invade el espacio. La música es variada: desde Lady Gaga, Madonna, Arctic Monkeys y hasta Ennio Morricone con el tema principal de Cinema Paradiso, que rompe con la fiesta y nos hunde en el trágico amor de Montescos y Capuletos. Durante la representación, los cambios ocurren a vista del espectador y sin interrumpir la acción dramática.

 

La estrategia estética estilística utilizada es la es la teatral – poética, ya que los actores rompen la cuarta pared al bailar con los espectadores, al recibirlos o al conversar con ellos. Asimismo, gracias a la utilización de linternas y luces blancas decorativas portadas por los actores, se construyen momentos poéticos llenos de belleza e intimidad. Por medio es esta estética, se busca la identificación emocional del público con los personajes a través del naturalismo interpretativo y la voz al natural de los actores. La atmósfera de alegría de un inicio se quiebra desde la muerte de Mercucio y es ahí cuando comienza la tragedia. Sin embargo, nos devuelven a la realidad al finalizar la obra encendiendo todas las luces y cambiando radicalmente de música. Con esto invitan al público a retirarse, tal como sucede en una discoteca. Hemos vuelto a la realidad de la sala de teatro en un abrir y cerrar de ojos.

 

Esta puesta cumple los deseos de la reina Isabel I cuando en Shakespeare in Love le exige a Kent que le pida a Shakespeare que escriba algo «un poco más alegre la próxima vez, para Noche de Reyes». Bueno, sus deseos fueron cumplido con Verona un par de siglos más tarde. Verona es una forma arriesgada e innovadora de mantener vivo el teatro clásico en donde Romeo y Julieta reviven su pasión en medio de una fiesta. Una fiesta que comienza cada sábado por la noche a las 22:30 dentro del V Ciclo de Teatro Argentino, que convocan en la sala madrileña El Umbral de Primavera. Una fiesta clásica en la que montescos y capuletos realizan provocadoras coreografías, cantan con el corazón y nos entregan alma, cuerpo y amor —partes claves en el teatro.

 


Sinopsis

Una discoteca, un mundo moderno, la historia de siempre… la que todos conocemos. Un espectador activo que entrará a un espacio real a ser parte de la diversión de una fiesta. Un espectador libre que elige su punto de vista en la historia, moviéndose libremente por el espacio sumergiéndose en la más hermosa historia de amor jamás contada entre coreografías, efectos de iluminación, efectos visuales, pasos de comedia y una puesta performativa hacen de Romeo y Julieta una tragedia electrónica en 360 grados, una propuesta joven y transgresora que acerca el teatro clásico al mundo de hoy


Equipo



Autoría
William Shakespeare


Dirección
Nicolás Pérez Costa, Alma Vidal


Adaptación
Nicolás Pérez Costa
Producción
El Umbral de Primavera, Nicolás Pérez Costa,Alma Vidal




Reparto
María Lobillo, Marc Bonnín, Raquel Arigita, Juan Ignacio Gé, Santiago Velazquez, José Barbado, David De Jorge, Pedro Martínez, Belén Camps, Néstor Goenaga
Escenografía
El Umbral de Primavera




Iluminación
El Umbral de Primavera
Movimiento
Nicolás Pérez Costa
Música
Alma Vidal
Espacio Sonoro
Alma Vidal






Compañía
El Umbral de Primavera






Caracterización
Reparto












Utilería
El Umbral de Primavera, Nicolás Pérez Costa




Idioma
Castellano
Maquillaje
Reparto






Fecha del Estreno: 07/12/2019

Teatro: El umbral de la primavera

Sala:  -

Duración en minutos: 90

Género  Inmersivo

En los Medios

Luis Muñoz Díez, “Verona: Una tragedia electrónica en 360 grados de Nicolás Pérez Costa”, Tarántula Revista Cultural

Charli in red, “Verona 360º en El Umbral de Primavera”, Blog Vista Teatral,

Ismael Lomana, “Quiero morir en una discoteca”, En Planeta,

Enric Archivell , “Verona”, Blog Memorias de un Tiquis Miquis,

Nombre del autor no especificado, “Verona, de Nicolás Pérez Costa”, Revista Cultural La República Cultural,


Verona

Esta puesta cumple los deseos de la reina Isabel I cuando en Shakespeare in Love le exige a Kent que le pida a Shakespeare que escriba algo «un poco más alegre la próxima vez, para Noche de Reyes» (…)Una fiesta clásica en la que montescos y capuletos realizan provocadoras coreografías, cantan con el corazón y nos entregan alma, cuerpo y amor partes claves en el teatro.

Zonia Lostanau

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