Crítica de Trinidad

José Ramón Sánchez-Pujante Fernández

Prácticas, Máster de Teatro y Artes Escénicas UCM

Pese a lo sorprendente que, a priori, pueda resultar el hecho de que todavía hoy en día este tipo de obras sea necesario, es innegable que aún a 2017 se necesitan muchas más historias así. Y es que, a pesar de lo manido del contexto en el que se enmarca, la historia que nos cuenta Trinidad tiene todo su sentido precisamente ahí, durante los años de dictadura franquista, en los que muchas voces como las de Sole o Trini fueron calladas de la peor manera posible. La pieza en su totalidad era un canto necesario y liberador que ponía voz a muchas realidades apagadas o eliminadas.

Un teatro de mujeres, escrito por mujeres, dirigido por mujeres e interpretado por mujeres que grita por algo tan obvio como la igualdad, lo curioso es que esta obviedad nunca termine de llevarse a cabo. El mensaje de estas tres mujeres que tejen y destejen, como Penélope, su futuro, se nos brinda como una oportunidad de cambio, como una puerta abierta a una sociedad más centrada en la igualdad.

Todos los elementos escénicos juegan aquí a favor de obra, tanto las actrices como la escenografía, el vestuario, la iluminación, la música y la dirección, lo que la convierte en una función no solo recomendable, sino también, repito, necesaria.

José Ramón Sánchez-Pujante y Fernández, ITEM