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Crítica de Nada tras la puerta

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Almudena Gavala Alustiza
Prácticas, Máster de Teatro y Artes Escénicas UCM

Nada tras la puerta se estrena en la sala Francisco Nieva del Teatro Valle-Inclán en septiembre de 2013. La obra es el resultado de un trabajo colaborativo de cinco autores asesorados por la experiencia del reportero de guerra y escritor Hernán Zin por encargo de Mikel Gómez de Segura, director del proyecto, quien decide con esta puesta en escena levantar las historias reales que constituyen el punto de partida y el núcleo de convicción dramática de cada uno de los cinco textos. El nexo común entre los textos es la cruda realidad de la violación de los Derechos Humanos: ciclos de explotación, abusos, tráfico y violaciones a las mujeres.

Sobre una escenografía fija, el escenario dividido en dos representa ambos contextos, por un lado lo que podría ser una reconocida Europa, la del «hombre blanco» que señalan en la obra, en una sala de estar cualquiera en la que Lidia Navarro, Josean Bengoetxea y Alfonso Torregrosa sentados en un sofá de piel frente a un televisor ven un partido de fútbol mientras intentan justificar sus acciones y sus pasados; del otro lado un espacio abstracto, frío, etéreo, blanco, vacío, un no lugar sobre un fondo de árboles secos con un practicable elevado que representa el escenario de los delitos y las atrocidades, el hotel en el que las niñas recuerdan y viven la realidad que denuncian. Ambas atmósferas son contiguas y se filtran pero los hombres blancos ven el partido y, a pesar de sentirlo, no quieren reconocer lo que hay tras la puerta.

La cruda violencia de las historias no es explícita en ningún momento, en ninguna escena, solo se narra en una acertada puesta en escena poética: las fotos de las víctimas que llueven sobre ellas mismas, los movimientos coreografiados de exquisita delicadeza y la música en directo de Mikhail Studyonov sobre la que se entrelazan los textos-testimonios que interpretan, en el papel de las niñas (víctimas), Carolina Lapausa, Marta Larralde, Sandrá Ferrús y Ángela Cremonte.

El resultado final es una obra conmovedora y crítica, un cóctel de emociones que provoca mucho ruido, tanto como las historias de Nada tras la puerta entrecruzadas.

 


Sinopsis

Nada tras la puerta nace de la necesidad de contar historias reales que superan, como ocurre a menudo, la ficción. Para ello Mikel Gómez de Segura pone en contacto al reportero de guerra Hernán Zin con cinco autores teatrales españoles con quienes comparte sus experiencias y documentación producto de la investigación periodística. A partir de esta colaboración, cada uno de los autores desarrolla uno de los temas planteados en relación a la ausencia de derechos humanos en determinados entornos. De esta manera se crean cinco textos individuales e independientes, sin aparente conexión más allá del concepto inicial, que parte de una realidad común. Cinco historias que se entrelazan en escena, que interactúan, subyacen y emergen unas en otras, creando una historia común. En este escenario, Borja Ortiz de Gondra, Laila Ripoll, Yolanda Pallín y José Manuel Mora, crean cuatro textos que nos hablan de la ausencia de derechos humanos y de los ciclos del odio y violencia, especialmente contra las mujeres. Juan Cavestany nos habla de Europa en un texto en el que tres personajes intentan mantener su situación de privilegio, defendiendo y almacenando todo su pasado. Tres personajes que saben que algo está pasando pero que creen que no va con ellos. Pero ya nada es lo que era. Europa no es el balcón privilegiado que el sur envidia y sueña. Es una parte del mundo extraviada, en retroceso. En la puesta en escena se crea un juego entre semejanzas y rupturas. El escenario se divide en dos espacios marcados: uno, un rincón común en el que podríamos reconocernos; el otro, un espacio abstracto que podría ser cualquier mundo y en el que la realidad que en él transcurre se aleja de estereotipos e imágenes preconcebidas. Nada tras la puerta podría ser cualquier mundo y cualquier tiempo.


Equipo

Dramaturgia
Ignacio Urrutia
Autoría
Juan Cavestany, José Manuel Mora, Borja Ortiz de Gondra, Yolanda Pallín, Laila Ripoll


Dirección
Mikel Gómez de Segura
Ayudante de dirección
Zuriñe Santamaría


Producción
CDN, Traspasos K (País Vasco)




Reparto
Josean Bengoetxea, Ángela Cremonte, Sandra Ferrús, Carolina Lapausa, Marta Larralde, Lidia Navarro, Alfonso Torregorsa
Escenografía
Elisa Sanz




Iluminación
Oier Ituarte


Música
Mikhail Studyonov


Fotografía
Andrés de Gabriel






Vestuario
Elisa Sanz






Diseño del cartel
Mar López
















Idioma
Castellano








Fecha del Estreno: 20/09/2013

Teatro: Teatro Valle Inclán. Centro Dramático Nacional

Sala:  Sala Francisco Nieva

Duración en minutos: 75

Género  Documento

En los Medios

Julio Bravo, «Nada tras la puerta», las emociones de una realidad aterradora”, ABC

 

‘Nada Tras la Puerta’, o poetizar el horror”, Butaca en anfiteatro, [9]

 

 Horacio Otheguy Riveira, ‘Nada tras la puerta’: decepcionante coproducción del CDN”, Culturamas, [3]

 

Entrevistas y reportajes

Entrevista a Laila Ripoll, “Esta obra habla de lo que está ahí y hasta ahora hemos preferido no ver” Revista Teatros

 

 


Nada tras la puerta

Es una obra conmovedora y crítica, un cóctel de emociones que provoca mucho ruido, tanto como las historias de Nada tras la puerta entrecruzadas

Almudena Gavala

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