Crítica de M.B.I.G. McBeth International Group
MBIG (Mc Beth International Group) es el resultado del binomio José Martet y Alberto Puraenvidia. Tras el éxito de su versión Iván Off, basada en el texto fuente de Anton Chejov, con el que fundaron La casa de la portera en 2012, apuestan en esta ocasión por la intervención de un nuevo recinto más acorde con las necesidades del Macbeth de William Shakespeare.
Nace así, en pleno Barrio de las Letras, La pensión de las pulgas, cuyo nombre se debe a su antigua propietaria “La Bella Chelito”, cupletista y primera mujer productora teatral que hizo famosa el cuplé de La pulga. La vivienda se transformó, inspirada en una estética de los años cincuenta, para guiar a un máximo de treinta y cinco personas de habitación en habitación, con el objetivo de incorporar al espectador en los mecanismos internos de la empresa multinacional Mc Big International Group, nombre que da título a la adaptación del texto isabelino de Macbeth, escrito y dirigido para un usuario contemporáneo que demanda cada vez más verse sorprendido en experiencias únicas e innovadoras.
José Martet, director y dramaturgista, es muy consciente de lo que quiere contar, como también lo es del tiempo en el que le ha tocado vivir. Se mantiene fiel a la trama y al lenguaje elevado del original, y hace uso de cinco traducciones diferentes, que le permiten construir un texto en prosa, reduciendo un repertorio de casi cuarenta actores a los nueve de su singular y arriesgada propuesta.
Alberto Puraenvidia, director de arte y escenógrafo, alterna los dormitorios de la residencia a modo de actos independientes que van a representar los espacios consecutivos sobre los que se sucede la acción. La ausencia de medios lumínicos, lejos de ser un problema, potencia el realismo casi cinematográfico de su montaje. Con el paso de uno a otro de los salones, adentra a los huéspedes en las profundidades de esta tragedia de poder y culpa acompañados por un sugerente diseño sonoro creado por Antonio Martín.
El drama se desarrolla en pleno auge económico de mediados del siglo veinte con una escrupulosa selección de paleta de color, cuidado mobiliario (aunque algo ecléctico para el purista) y ausencia tecnológica. Todo esto aporta credibilidad a la trama en un acertado contraste entre la apariencia impecable y la corrupción psíquica de sus habitantes. Una lástima que ante tanta precisión lámparas y teléfonos carezcan de sus cables y enchufes, sin embargo constituye un detalle sin importancia si se tiene en cuenta la complejidad de movimiento en estancias de apenas veinte metros cuadrados a la cual se enfrenta el elenco compuesto por Francisco Boira, Olga Rodríguez, Raquel Pérez, Maribel Luis, Aitor Merino, Javier Ruiz de Somavia, Pilar Matas, Raúl Tejón y Julio Vélez.
Sumado al naturalismo escenográfico e interpretativo, se observa el distanciamiento provocado en primer lugar por un público que rodea la acción en una sola fila de asientos, incluso llega a ser comensal en la célebre escena en la que el espectro de Banquo se presenta ante el protagonista, en segundo lugar, como ya se menciona anteriormente, por trasladar al espectador entre los distintos actos, y en tercer lugar por el personaje de Camelia, único creado ex profeso para la versión e interpretado por Raquel Pérez. Ella acompaña a sus treinta y cinco invitados a presenciar, como si de una clase magistral se tratase, y a observar, cual voyeurs, el día a día de un exitoso mundo empresarial que en realidad esconde una trama de estafas, engaños, crímenes, celos y lujuria, invitándonos a actualizar la obra clásica como posible metáfora viviente de la corrupción política en la imperante realidad española.
Camelia es el permanente contacto con el espectador al que, no sólo le introduce en la jerga mercantil, esa verborrea del éxito, beneficios, rentabilidad y lucro en el seno de las corporaciones de negocios, sino que además le recuerda constantemente que lo que está viendo es pura ficción. Es por esta razón que cuando ella se desploma, víctima de su pobre ambición y de su pequeña parcela de falsa ilusión, el abandono y la desolación de la pieza cobran un sentido poderoso y trágico. Brillante interpretación de un personaje clave en la alegoría que es este MBIG y una valiente puesta en escena que nos refiere a los esquizofrénicos días en los que vivimos.
Resultan también extraordinarias las interpretaciones de las dos brujas de la mano de Maribel Luis y Pilar Matas. Personajes que pareciesen salidos de una película de Alfred Hitchcock con aquellos personajes secundarios inolvidables, esas vecinas afables que se tornaban en oscuros seres impredecibles en cuestión de segundos.
El autor es fiel a la dramaturgia original. Todos los personajes ven tres brujas y no dos, provocando una mayor extrañeza y distancia en el receptor, ya que estos dos seres tenebrosos e impíos son lo primero y lo último que se encuentra al entrar y salir de la sala. El director así, consigue seducir en un terreno nada fácil, con un juego más animal que humano de voces y cuerpos que se retuercen, gracias a las dos magníficas actrices que las encarnan cual monstruo bicéfalo, representando la codicia sin límites corruptora de todo lo que toca.
Francisco Boira y Olga Rodríguez encabezan un reparto cuyas interpretaciones son tan violentas como sinceras. Resaltar el coraje de arrojarse a la más absoluta verdad que requiere el tener al público a escasos centímetros y el malabarismo de defender sin embargo, un lenguaje excelso, lejano a la cotidianeidad a la que éste mismo está habituado, más propio de un teatro a la italiana. Sólo cabría reprochar el excesivo volumen en la disputa que ambos mantienen la noche del crimen, innecesario teniendo en cuenta la proximidad con los allí presentes, el estilo de la pieza, y la convención de que los aposentos del Rey Duncan y el resto de los invitados se encuentran apenas separados por una pared. En contrapunto, es justo destacar su lujuriosa primera escena juntos, así como el suicidio casi inesperado, de la protagonista Lady Macbeth, pareja perfecta de un Macbeth cuyo registro vocal denota cierta perturbación desde el mismo comienzo de la función, y cuyo impecable trabajo físico le va llevando a la más completa decadencia fruto del remordimiento por sus propias atrocidades. Ella, cómplice amante, necesita morir desgarrada por la culpa tras ser testigo de una ristra de asesinatos desencadenados por su imparable sed de poder y ejecutados por el que una vez fue su gran amor. O como diría Ofelia en Hamlet, antes de ahogarse en su tristeza: “Desdichada de mi, haber visto lo que vi, y ver ahora lo que veo”.
Cuando el inocente espectador firma a la entrada en el libro de visitas, sabe, porque se lo explican, que con su aportación pasa a ser socio por un día de la Asociación Cultural de la Pensión de las pulgas, y que con ello tiene derecho a asistir a una representación. Sabe además, o por lo menos lo intuye, que demanda una experiencia teatral fuera de lo corriente, y que por eso ha llegado hasta ahí. Lo que no sabe, pobre de él, es que se verá inmerso en un baño de sangre y sudor, y que nunca jamás podrá limpiar la angustiosa culpa de haber participado sin haber hecho nada por impedir la tragedia de la que fue testigo de una vez y para siempre.
María Caudevilla
ITEM
Sinopsis
MBIG es la descontextualización de una de las grandes tragedias de W. Shakespeare “Macbeth” llevado al mundo de la empresa, una multinacional que da título al espectácuo: MBIG (McBeth International Grpoup) esta versión contiene un nuevo personaje: Camelia, será la secretaria presidencial de dicha empresa que guiará al público por los diferentes espacios habitados para el espectáculo. Ambición, culpa y fracaso.
Equipo
Autoría
William Shakespeare
Versión
José Martret
Dirección
José Martret
Producción
La Pensión de las Pulgas
Reparto
Francisco Boira, Olga Rodríguez, Rocío Muñoz Cobo, Raquél Pérez, Inma Cuevas, Maribel Luis, Andrés Gertrudix, Javier Ruiz de Somavía, Pilar Matas, Jorge Suquet, Raúl Tejón, Julio Vélez
Escenografía
Alberto Puraenvidia
Vestuario
Lupe Valero
Premios
Premios Max a mejor actriz protagonista (candidato) Rocío Muñoz Cobo, mejor actriz secundaria (candidato) Raquel Pérez, mejor versión (candidato) José Martret, Mi Butaquita a mejor director (ganador) José Martret, Luna Metrópoli a mejor estreno de un clásico (ganador), Madrid es Teatro a mejor actor (ganador): Francisco Boira
Web Oficial
http://lapensiondelaspulgas.com/mbig-mcbeth-international-group/
Idioma
Castellano
Maquillaje
Chema Noci
Otros Espacios
La Pensión de las Pulgas
Fecha del Estreno: 20/11/2013
Teatro: La pensión de las pulgas
Sala: -
Duración en minutos: 130
Género Tragedia
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