Crítica de Las tres hermanas. Deconstructing Chéjov
Importa señalar de entrada el subtítulo de Las tres hermanas, Deconstructing Chéjov y la atribución de la autoría a Sanchis Sinisterra, porque ambos datos no inducen al error al espectador que no se encontrará con la pieza del dramaturgo ruso, sino con una intervención agresiva y con sentido del original, del que se puede disentir o no. Si durante mucho tiempo se trabaja en la adaptación de novelas a la escena, aquí Sanchis recorre el camino inverso, del drama a la narración del mismo. Las tres hermanas en escena cuentan lo que les sucede a ellas y a otros personajes con los que se relacionan, y omiten escenas que no les conciernen; al mismo tiempo, dicen algunas de las acotaciones, comentan algunos de los sucesos elididos e implícitos en el texto de Chéjov, y el autor se permite algún guiño intelectual con la inteligente recreación que Patrice Pavis ha realizado de esta y de otras obras de Chéjov. Interviene más que deconstruye y deja a los personajes en el ambiente decadente de finales del siglo XIX. No existen cambios importantes en el decurso del argumento, ni en la caracterización y psicología de las hermanas.
El texto fluye ligero y el ejercicio hábil y con oficio capta el interés del público. La narratividad está conseguida, aunque parece algo superficial. Se echan en falta una mayor profundidad en los conflictos de las hermanas, un mayor desarrollo psicológico o afectivo de las mismas, o bien una profundización y, si se quiere, una contemporaneización, de los problemas entre los personajes o de la crítica social, que permanece larvada en la obra de Chéjov. Estas y otras razones en esta línea justificarían y dotarían de valor añadido a este correcto ejercicio con Las tres hermanas, tan grato de ser escuchado como superficial en su planteamiento y desarrollo.
Con el público a tres bandas, el espacio escénico concebido de manera metonímica, reproduce el decimonónico hogar de las hermanas, ataviadas con sencillos vestidos que le ponen fecha al montaje. La iluminación crea interesantes atmósferas, útiles para escuchar los largos parlamentos o para el juego con los distintos lugares donde se desenvuelve la acción. El director juega bien la proxemia con las intérpretes sobre el área de representación y esta añade un valor a las relaciones entre las hermanas. Resulta asimismo interesante el trabajo que pide a las actrices de desdoblamiento de cada uno de los personajes: de una parte, la narración, de otra, una rápida inmersión en el mundo de las emociones para situar al personaje frente a situaciones dramáticas extremas o nimias. El trabajo de las actrices es, quizás, uno de los puntos de mayor interés de una propuesta que, aunque con objeciones, resulta digna e interesante.
José Gabriel López Antuñano
ARES – UNIR
Sinopsis
Una de las obras capitales de la dramaturgia universal sobre la decadencia de la clase social privilegiada de Rusia y la búsqueda de su significado en el mundo moderno. La compañía Sala Atrium nos presenta una reescritura sorprendente, poliédrica y llena de musicalidad, un ejercicio de funambulista que conecta la época del autor ruso con nuestro mundo de hoy.
Equipo
Autoría
José Sanchis Sinisterra
Dirección
Ramón Molins
Producción
Sala Atrium
Reparto
Marta Domingo, Patricia Mendoza, Mireia Trias
Iluminación
Ramón Rius
Fotografía
Cristina Sánchez
Compañía
Sala Atrium
Vestuario
Gloria Viguer
Web
Teatro Fernán Gómez
Idioma
Castellano
Fecha del Estreno: 02/02/2018
Teatro: Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa
Sala: Sala Jardiel Poncela
Duración en minutos: 75
Género Tragedia
En los Medios Sergio Díaz, Godot: «Por mucha innovación […] cualquier cosa que se haya generado en la mente de Sinisterra merece la pena». José Miguel Vila, Diario Crítico: «José Sanchis […] ha reducido a lo esencial la obra universal, y ha acortado el número de personajes». Diego Zúñíga, Butaca de primera: «La química que consigue el director Raimon Molins entre las 3 actrices es de sobresaliente».
Las tres hermanas. Deconstructing Chéjov
Por mucha innovación […] cualquier cosa que se haya generado en la mente de Sinisterra merece la pena.
Sergio Díaz
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