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Crítica de Las brujas de Salem

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Belén Mejías Peral, Julio Vélez Sainz
Prácticas, Máster de Teatro y Artes Escénicas UCM, ITEM-UCM

“Las brujas de Salem” la obra construida por sus personajes

Belén Mejías

Prácticas, Máster de Teatro y Artes Escénicas UCM

La obra se fundamenta en los personajes, que además son los encargados de transforman la escenografía hasta en cuatro ocasiones, añadiendo elementos hasta el juicio final. El procedimiento de integración de nuevos elementos en la escenografía se produce en comunidad, y termina con la configuración de una horca; de este modo se da a entender que en menor o mayor medida todos son responsables de los trágicos sucesos. La iglesia y el estado manipulan a la población a través del miedo, y a su vez el miedo provoca la histeria colectiva que nos deja episodios como el de Abigail y las jóvenes retorciéndose en el juicio, fingiendo sentir al demonio; o episodios como la actitud de la sociedad española durante la crisis del COVID19, desabasteciendo supermercados con compras masivas. Sin duda, la histeria colectiva es capaz de dejarnos escenas que vistas con perspectiva son absurdas y rozan lo cómico. No obstante, en Las brujas de Salem de Andrés Lima no hay lugar para la comedia, todo lo contrario, la tensión es casi permanente en las dos horas y media que dura la representación.
Volviendo a la primera idea, los verdaderos protagonistas de la propuesta son los personajes. Todos los actores trabajan desde un código teatral realista y sus personajes se presentan vivos en escena y consiguen contarnos con cada gesto. Sin embargo, cabe destacar las interpretaciones de Lluís Homar, que interpreta, bajo una imponente voz y
una mirada penetrante; el papel del reverendo Danforth, y que además realiza la función del narrador. La figura del narrador ya aparece en otras obras de Andrés Lima como Falstaff o Hamelin. Del mismo modo es sobresaliente la interpretación de Nausica Bonnin como Abigail Williams o Anna Moliner encarnando a Mary Warren, por mencionar solo algunas. El espacio sonoro y lumínico acompañan la acción y nos ayudan a penetrar en cada una de las atmósferas. Además, este último es utilizado en momentos puntuales para completar la escenografía.
En conclusión, un texto de Arthur Miller que muestra las oscuridades de la condición humana, y que bajo la dirección de Andrés Lima logra dejar al público absorto durante la representación, y consigue terminar la función produciendo un solemne silencio en el patio de butacas.

 

Crítica de Las brujas de Salem

Julio Vélez Sainz

ITEM-UCM

 

Las brujas de Salem (o El crisol) que se está poniendo en la sala Valle-Inclán del Centro Dramático Nacional es una dramaturgia basada en el original de Arthur Miller con algún breve episodio de la vida del escritor en el momento de composición de la obra. Arthur Miller escribió esta obra durante los más duros años de plomo, momento de una metafórica caza de brujas que tuvo lugar con el fin de encontrar afectivos comunistas en el establecimiento de Broadway y, sobre todo, de Hollywood. Trata, pues, una temática muy trabada, con un texto ideológico que pretende establecer conexiones históricas entre dos momentos similares.

La caza de brujas original tuvo lugar en Massachusetts, por cierto, no lejos de donde yo vivía en Estados Unidos, en 1692. Los celotes puritanos, que vivían en una sociedad muy aislada y bastante supersticiosa, proporcionaron el pasto idóneo para establecer una sociedad inquisitorial, acusatoria y persecutoria. Esto es lo que denuncia Arthur Miller, esto es lo que entiende que conforma la pasta de la que está hecha su país.

Un grupo de muchachas, comandadas por Tituba, una esclava antillana, tienen una serie de encuentros furtivos con la intención de utilizar magia blanca para sus propios fines, sobre todo, hechizar de amor a sus amados. Son cogidas y, asustadas, comienzan a acusar a sus vecinos y congéneres de haberlas hechizado. El miedo, las acusaciones infundadas y las envidias propias de una sociedad pequeña y rural dan lugar a una auténtica caza de brujas en la que las muchachas, lejos de ser las brujas, son los dedos acusadores. Poco a poco, todos los personajes del pueblo van cayendo en el frenesí acusador o en el banquillo. La obra sirve como reflexión sobre los peligros de la ortodoxia llevada al límite, de la superstición y la creencia en la superchería y de la preminencia del pensamiento mágico frente al racional. La dramaturgia confronta dos momentos distintos el real y el de Miller, está bien secuenciada y dispuesta hacia un clímax que deja al público casi en trance. El trabajo actoral es muy adecuado. Podemos destacar, entre otros, los papeles de Abigail (Nausicaa Bonnín), Mary Warren (Anna Moliner), del viejo Giles Corey (José Hervás), del vicegobernador Danforth (Homar) y de John mismo (Borja Espinosa).

La escenografía es otro de los grandes aciertos de la obra: está basada en la imagen kinética de la construcción bíblica del templo presente en el Antiguo Testamento (1 Reyes 6 NVI)  y utilizando las ecos cinematográficos de la epopeya arcádica del Western en el que los habitantes de un pueblo construyen su iglesia de madera. Frente a estos poderosos iconos, que indudablemente están dispuestos para emocionar al público, el desenlace escénico de la obra contrapone una dura última imagen. La iglesia que hemos visto construirse ante nuestros ojos, se ha convertido en un patíbulo sacrificial en el que los habitantes de Salem celebrar la muerte de la voz de la razón.

El espacio sonoro está bastante bien construido no se subrayan musicalmente los momentos de patetismo y sí los de mayor acción, lo que evita derivar en un melodrama facilón. La intercalación de los episodios que tienen que ver con la vida de Arthur Miller están dispuestos de manera brechtiana de modo que rompen el ritmo de la obra y permiten parar para reflexionar sobre la actualidad de este tema.

En definitiva, se trata de un texto contemporáneo justamente canónico, de una gran materia teatral, que cuenta con una muy adecuada producción y una gran ejecución. De lo mejorcito de la presente temporada…


Sinopsis

John Proctor tiene un idilio con la joven Abigail Williams, sobrina del reverendo Parris. Elisabeth, la esposa de John conoce el adulterio pero perdona a su marido. Abigail urde un plan para vengarse de Elisabeth. Con las jóvenes del pueblo organiza una sesión de ocultismo en el bosque. El reverendo las sorprende y para defenderse, Abigail dice que han sido poseídas por el demonio. Comienzan unos juicios en los que Thomas Putnam, el gobernador Danforth y el reverendo Hale, forman un tribunal. El juicio, que dura varios meses, lleva a declarar a cientos de personas. Las rencillas personales, las envidias, los métodos basados en la violencia y el miedo convierten en culpables a más de treinta habitantes del pueblo. Proctor es ahorcado porque se ha negado a declarar en contra de amigos y vecinos inocentes.


Equipo



Autoría
Arthur Miller
Versión
José Luis López Muñoz
Dirección
Andrés Lima
Ayudante de dirección
Ester Nadal
Adaptación
Eduardo Mendoza
Producción
Centro Dramático Nacional, Teatre Romea, Grec 2016 Festival de Barcelona




Reparto
Míriam Alamany, Nausicaa Bonnín, Marta Closas, Borja Espinosa, Miquel Gelabert, Núria G. i Llausí, José Hervás, Lluís Homar, Carles Martínez, Anna Moliner, Nora Navas, Albert Prat, Carme Sansa, Yolanda Sey, Joana Vilapuig
Escenografía
Beatriz San Juan
Construcción de escenografía
Taller d’escenografia de Sant Cugat
Ayudante de escenografía
Carlota Ricart
Iluminación
Valentín Álvarez


Música
Jaume Manresa
Espacio Sonoro
Jordi Ballbé
Fotografía
David Ruano






Vestuario
Beatriz San Juan


Realización de vestuario
Goretti
Caracterización
Toni Santos
Diseño del cartel
ByG, Isidro Ferrer
Festivales
Festival Grec de Barcelona










Web
http://cdn.mcu.es/espectaculo/las-brujas-de-salem/


Idioma
Castellano




Otros espacios
Anfiteatro de Montjuïc (Barcelona)


Fecha del Estreno: 20/01/2017

Teatro: Teatro Valle Inclán. Centro Dramático Nacional

Sala:  -

Duración en minutos: 130

Género  Drama

En los Medios

Prado Campos, Andrés Lima: «Estados Unidos es Salem, lo llevan en los
genes», El confidencial [9/10]

Aldo Ruiz, ‘LAS BRUJAS DE SALEM’: IMPONENTE LLUÍS HOMAR
Y SOBERBIA ANNA MOLINER EN EL MAGNÍFICO MONTAJE DE
ANDRÉS LIMA, El teatrero [8’5/10]

Massimiliano Minocri, Las brujas de Salem aterrizan en Barcelona, El País [10/10]


Las brujas de Salem

Un texto de Arthur Miller que muestra las oscuridades de la condición humana, y que bajo la dirección de Andrés Lima logra dejar al público absorto durante la representación

Belén Mejías

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