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Crítica de La valentía

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Ana Atabey Curbelo, Almudena Gavala Alústiza
Prácticas, Máster de Teatro y Artes Escénicas UCM

Asistir a una obra de teatro escrita por un premio Nacional de Literatura en la modalidad de teatro (2017), te coloca en la engorrosa tesitura entre querer o no querer ver su nueva producción teatral por miedo a la posible decepción. Son muchas las expectativas que se crean tras el recibimiento de un premio de tanta envergadura. Alrededor del dramaturgo se articula un despliegue sin parangones el cual puede, o bien catapultarlo hacia lo más alto, o estrellarlo.

La valentía cierra la temporada del Pavón Kamikaze quien apuesta por Sanzol y su humor profundamente humano. Y es que cuando la vida marcha regular no hay mejor remedio que la risa, si no que se lo digan al propio autor.

Las hermanas Trini y Guada han heredado la casa familiar donde se recogen sus vivencias de la infancia, allí residen sus mejores recueros, sin embargo, hay una autopista construida a cinco metros de la puerta de entrada. La autopista no suponía ningún problema para ellas en su niñez, mas ya de adultas se convierte en el motivo de disputa entrambas.

Como comedia de enredos, la acción se complica. El mismo fin de semana que Guada contrata a los hermanos Spectro para asustar a su hermana con el objetivo de convencerla para que acepte vender la casa, llegan a hospedarse dos inquilinos a través Airbnb. Diversión y risa sin descanso aseguradas.

Si bien es cierto que la actuación del elenco en su conjunto es muy histriónica. Al principio, se asumen los gritos como herramienta actoral que materializa la situación: la imposibilidad de hablar con un tono moderado debido al ruido provocado por la autopista. Pero este histrionismo se mantiene hasta el final de la obra cargando al espectador sobremanera.

Por lo demás, tendríamos una obra muy bien llevada desde cada uno de sus componentes. Escenografía sencilla pero que da juego, vestuario contemporáneo que te coloca en la tesitura ambiental, utilización inteligente de los sonidos…

Más allá de ser una simple comedia burguesa de enredos, hay mucho de filosófico en las obras de Alfredo Sanzol, de introspección en la condición humana desde el prisma cómico. Sanzol ha aprendido muy bien a problematizar con los conflictos vitales desde la comicidad teatral y que esta le sirva como arma de superación.

De lo mejorcito de la temporada.

Ana Atabey Curbelo, Máster de Teatro y Artes Escénicas UCM

 

 

La valentía es la última obra escrita y dirigida por Alfredo Sanzol tras el gran éxito obtenido con La ternura, premio XII Premio Valle-Inclán de Teatro. Pero ambas obras distan mucho entre sí.

Nada más tomar asiento en el sofá amarillo situado en el centro del escenario el fantasma con sábana y agujeros en los ojos, como no podía ser de otra manera, una ya intuye que va a sentir muy poco miedo en esta función, más bien ninguno; y quizá por ello las expectativas de una posible buena comedia suben como la espuma. Pero no permanecen durante las casi dos horas de representación. La obra pierde ritmo y contadas escenas apenas elevan un argumento que quizá excede sus posibilidades. No encuentro al mejor Sanzol en esta obra.

El argumento de esta comedia de enredos es sencillo, dos hermanas, Guada y Trini, se posicionan a grito pelado a favor y en contra de la casa familiar que ha dejado de ser el paraíso que fue por culpa de una autopista construida a cinco metros de la puerta de la casa. La historia se teje a lo largo de dieciocho escenas a golpe de relaciones de ambivalente carga emocional entre las hermanas Lekuona; los hermanos fantasmas reencarnados que pasan un fin de semana en la que en un tiempo ancestral fue su casa y los hermanos Espectro, contratados por Trini, para hacer «el fantasma», nunca mejor dicho, y asustar a Guada con el objetivo de vender la casa.

La escenografía fija de espacio único nos coloca frente a una casa que se sostiene a base de corpóreos, móviles y traslúcidos, con varias puertas, que dan suficiente juego a los actores, y un sofá. La utilería que portan los personajes, salvo la mochila fumigadora a lo caza fantasmas y el calienta camas con el que aparece Clemen cuando se viste de «parapsicólogo», pasa casi desapercibida cuando el foco recae sobre un muy logrado vestuario. Centro absoluto de todas las miradas y de todas las carcajadas del público los vestiditos de los hermanos Espectro bajando por la escalera.

Y así, un tira y afloja flota en el resultado final de esta obra que descompensa las sensaciones del espectador; un desequilibrio no descubierto ante el cual, fantasmagóricamente siente, que algo se le escapa y, que a lo mejor, tiene que volver a verla.

Almudena Gavala Alústiza, Máster de Teatro y Artes Escénicas UCM


Sinopsis

La belleza es tan grande que cuando nos visita no cabe en nuestro corazón y sufrimos porque nos gustaría hacernos más amplios para darle sitio. Pensamos que quizás podemos hacer espacio sacando recuerdos y trozos de dolor esparcidos, o fealdades atornilladas a la memoria, pero vemos que eso es imposible porque ya forman parte de nosotros. Entonces sólo nos queda transformarnos para crecer. Crecemos todo lo que podemos para que la belleza tenga sitio, pase y se quede, y al crecer las articulaciones y los músculos de nuestra alma sufren, se resquebraja lo que pensábamos sólido, se tambalea lo que considerábamos fijo y sentimos miedo. Entonces solo nos queda llamar tímidamente a la única fuerza que podrá ayudarnos para continuar: la valentía.
En La valentía, una pareja de hermanas, Guada y Trini, han heredado la casa familiar en la que pasaban sus veranos en el campo. Las dos aman la casa, pero tiene un pequeño problema: a cinco metros de la puerta de entrada pasa una autopista. A pesar de eso, Guada quiere conservarla y ha decidido quedarse para pasar el invierno, pero Trini está preocupada con la obsesión que le ha entrado a su hermana con la casa y quiere sacarla de ahí cueste lo que cueste.
La valentía es la última obra escrita y dirigida por Alfredo Sanzol, Premio Nacional de Literatura Dramática 2017.


Equipo



Autoría
Alfredo Sanzol


Dirección
Alfredo Sanzol
Ayudante de dirección
Beatriz Jaén


Producción
Lazona, Pavón Kamikaze
Producción Ejecutiva
Miguel Cuerdo
Ayudante de producción
Jair Souza, Sara Brogueras
Reparto
Jesús Barranco, Francesco Carril, Inma Cuevas, Estefanía de los Santos, Font García, Natalia Huarte
Escenografía
Fernando Sánchez Cabezudo


Ayudante de escenografía
Eduardo Moreno
Iluminación
Pedro Yagüe


Música
Fernando Velázquez


Fotografía
Javier Naval






Vestuario
Guadalupe Valero


Realización de vestuario
Petra Porter


Diseño del cartel
Javier Naval








Video escena
Alfonso Ramos






Idioma
Castellano








Fecha del Estreno: 17/05/2018

Teatro: El Pavón Teatro Kamikaze

Sala:  -

Duración en minutos: 110

Género  Comedia

En los Medios

Ángel Esteban Monje, Kritilo: «La nueva obra de Alfredo Sanzol es un intrascendente comedia de enredos con fantasmas de por medio»

Juan Ignacio García Garzón, ABC: «La valentía: autopista hacia la felicidad»

José-Miguel Vila, Diario Crítico: «La valentía: Quien algo quiere…, mucho le cuesta»


La valentía

«…es una comedia burguesa anticuada sin la más mínima trascendencia…»

Ángel Esteban Monje

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