Rapsodia de la Medea libanesa

Crítica de Jogging

Jara Martínez Valderas

Instituto del Teatro de Madrid

Del 4 al 18 de julio de 2023 se celebró el cuadragésimo aniversario del Festival de Almada. Este evento anual supone la programación de teatro en la ciudad portuguesa de Almada. Su calidad y su capacidad para atraer a artistas de reconocido prestigio no merma su espíritu familiar y la capacidad para generar lugares de encuentro ciudadano. En su atractivo están las grandes obras teatrales, portuguesas e internacionales, pero también la gastronomía, la cercanía con Lisboa y el océano Atlántico. En la programación de este año se han visto obras de creadores extranjeros como Il compleanno, de Pinter, con dirección de Peter Stein, Jogging de Hanane Hajj Ali o Eins Zwei Dreim de Martin Zimmermann. También se han programado compañías españolas como Els Joglars, con ¡Que salga Aristófanes!, junto a grandes estrenos portugueses, como es el caso de Calvário, con texto y dirección de Rodrigo Francisco (director artístico de la Compañía de Teatro de Almada y del Festival de Almada).

Una de las obras más aclamadas ha sido Jogging, de Hanane Hajj Ali, proveniente de Líbano. El origen de la obra está precisamente en este lugar geográfico donde ella reside y que será el territorio de reflexión del monólogo. La actriz da cuenta al inicio del espectáculo, mientras que realiza su sesión diaria de ejercicio, que la idea escénica surge durante sus sesiones de jogging recorriendo la ciudad de Beirut. Ese deambular por el espacio, ficcional y real, construye el soporte de las tramas que se irán entrelazando durante la función y que la actriz consigue sostener con mucha maestría e inteligencia escénica, usando el humor y la complicidad con el público, al que se dirige de forma rapsódica. La intérprete se apoya en la cercanía física, en el uso de los mínimos objetos y efectos lumínicos, que sirven para generar las atmósferas más sentimentales del relato.

La temática aborda la historia de Líbano, especialmente el sufrimiento de las mujeres a través de los conflictos bélicos que ha sufrido el territorio, y se vale para la dramaturgia de recursos de la autoficción, del personaje de Medea y de dos relatos de mujeres libanesas actuales (una que mató a sus hijos y se suicidó y otra que sacrificó a sus hijos en la guerra civil siria). A través estas herramientas dramáticas –desde lo personal y documental al relato de Eurípides–, va trenzando de manera épica los conflictos generados al habitar, como mujer, un territorio marcado por la guerra y la ausencia de libertad, así como la desesperación ante el dolor de los hijos y la ausencia de un futuro esperanzador.

Es una pieza que obliga al público a un esfuerzo continuo por encontrar un sentido ante los paralelismos que establece la dramaturgia, en algunos momentos excesivamente opacos. Su objetivo es claramente reflexivo y los momentos de emoción son una mera estrategia para ello, por lo que rehúye del sentimentalismo y propone un complejo entramado de signos para que el púbico establezca sus propias conclusiones. Así ha debido ser en los diez años que lleva Hanane Hajj Ali girando con el espectáculo, recorriendo distintos países, que habrán interpretado la obra de manera muy diferente en función de sus propias vivencias colectivas. No habrá generado lo mismo en Líbano (en lugares no convencionales ante la censura sufrida al abordar temas no admitidos por las autoridades) que, en el Festival de Aviñón, por el que pasó antes de recalar en Almada. Aquí reside el gran interés de esta pieza, que es capaz interpelar más allá de la realidad árabe, al tratar un tema transversal como es el sufrimiento de las mujeres frente a la guerra.