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Crítica de Jauría

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Irene G. Escudero
UVa

Siempre es un placer acudir al teatro y encontrase una cola que da la vuelta al edificio y, si la cola está formada en su mayoría por gente joven, es doble motivo de alegría. La cosa cambia cuando la obra que vas a presenciar te sobrecoge de tal manera que no sabes ni para qué demonios has entrado a ver semejante documento. Pero, te paras, lo piensas y dices: “¡Cómo me ha gustado y qué mal lo he pasado! Es necesario ver esta obra”. Así es, Jauría consigue poner al espectador en una cota muy elevada de tensión y angustia, mediante una gran calidad teatral.

La Manada, formada por cinco jóvenes de unos 30 años de origen andaluz, “abusaron” sexualmente de una chica en las fiestas de los Sanfermines del año 2016. La obligaron a entrar en un portal y entre todos hicieron de ella lo que quisieron. La víctima, en estado de shock, apenas sabe describir lo sucedido, en un testimonio entre inocente y aterrador. Todo lo demás ya lo conocemos por la prensa, por ese gran boom mediático que supuso la sentencia en la opinión pública. Miguel del Arco dirige con acertadísimo y sorprendente modo personal la pieza, aliado con el dramaturgo Jordi Casanovas, quien ha cortado, editado y seleccionado (sin añadir palabra alguna) fragmentos de agresores y agredida. Ambos consiguen hacer un verdadero teatro documento: la recreación dramática e imaginativa en lo escénico, que no en los hechos, de lo que se quiere contar.

A diferencia de la otra obra que compone la doble propuesta de El Pavón, Teatro Kamikaze, sobre teatro documento, Port Arthur, Jauría es un caso que nos toca más de cerca, ya no solo por su proximidad temporal, sino también por la espacial, por la revolución feminista en la que estamos inmersas y por su dimensión social (la violencia de género es uno de los problemas sociales que más preocupan a la sociedad española). La obra se presenta como recuerdos en retrospectiva sobre los recuerdos de cada uno de los implicados que, inevitablemente, caracterizan y desarrollan su personaje de una manera personal y sesgada (por su director), aunque eso sí, verosímil. El texto, de Jordi Casanovas, recupera los testimonios de los medios de comunicación, estructurando esta propuesta que, siendo totalmente creíble, no tiene por qué ser un reflejo fiel de la realidad o de la personalidad de cada uno de los personajes, sino de las múltiples realidades posibles de una violencia generalizada que hoy nos concierne a todos. Cierto es que el espectador ya tiene ideas y opiniones preconcebidas extraídas del bombardeo de noticias de todo tipo que ha habido en los últimos meses. Por eso mismo, el espectador de Jauría no es inocente, no es crédulo, y entra en la sala con mucha información previamente adquirida. Pero todas estas circunstancias no evitan que la obra consiga un impacto total ante sus ojos. Una mano que te agarra del pecho y no te quiere soltar durante las hora y media aproximada que dura la recreación de este juicio.

Jauría nos pone al alcance un problema social de una gran raigambre en nuestra sociedad. Es imposible no escandalizarse con que los acusados crean que no han hecho nada malo, a la vez que la víctima se siente culpable de los hechos de aquella noche y de su comportamiento momentos e incluso días y meses después. También, invita a reflexionar sobre el sistema judicial español que, lejos de proteger a la víctima, le hace un incómodo interrogatorio sobre su vida y costumbres más íntimas, lo que pone de manifiesto “la vulnerabilidad de las mujeres en ciertas instancias judiciales”, como deja de manifiesto Jordi Casanovas en su entrevista a El Cultural y la finalmente polémica sentencia: fue un abuso sexual no una agresión, dictaminaron los jueces.

La interpretación por parte de todos los actores es digna de mención, destacando la de María Hervás que, además de su papel de víctima, es capaz, de golpe y plumazo, de convertirse en la implacable fiscal que interroga a los acusados con una interpretación de lo más pura, certera e incisiva. Los demás, Raúl Prieto, Fran Cantos, Álex García, Martiño Rivas e Ignacio Mateos representan hombres sin dignidad ni decencia, alejándose de la imagen que podríamos tener de ellos en trabajos anteriores. No se les reconoce, todos conforman una jauría de depredadores que intimida. Y, de provocar verdadero miedo, poco a poco, se van transformando, desligando, desuniendo, para dar paso a cinco hombres deleznables, con sus propias miserias.

Por todo ello, Jauría no solo es el caso de La Manada y su víctima de Pamplona, sino el reflejo de una realidad con la que convivimos, que intimida, y de la que parece imposible zafarse. Viendo esta pieza de teatro documento no puede uno dejar de estremecerse con su final, el real y el de esta propuesta, recordando el lema de aquellos días que resuena con fuerza durante la representación y durante más tiempo aún en nuestras cabezas: ¡Hermana, yo sí te creo!

Irene G. Escudero

Universidad de Valladolid

 


Sinopsis

El 7 de julio de 2016, durante las fiestas de San Fermín, cinco jóvenes forman La Manada, cuyo integrante más joven debe pasar un rito de “iniciación”. Parece una historia trivial: un grupo de chicos conoce a una chica. La conversación parece distendida e inocente. La chica, confiada, acepta su compañía de camino hacia el coche, aparcado en la zona del soto de Lezkairu, donde la esperaba el amigo con el que había acudido a Pamplona. Todo parece ir bien hasta que uno de los jóvenes se mete en un portal y avisa a los demás para que entren con él, arrastrando por la fuerza a la joven que no da crédito a lo que está ocurriendo.

La dramaturgia se realiza a partir de las transcripciones reales del juicio realizado a La Manada. Se forma a raíz de fragmentos de las declaraciones de acusados y denunciante, publicadas en varios medios de comunicación. Un teatro documento que, partiendo de una base completamente real, facilita al espectador tanto los pensamientos de los agresores como de la víctima. A su juicio, al del público, quedan esas afirmaciones, esa manera de pensar, ese acto judicial donde la denunciante es obligada a dar más detalles de su vida privada que a los denunciados. Un penoso acontecimiento social y mediático que pone de nuevo sobre la palestra nuestros valores sobre la masculinidad y su papel para con las mujeres.


Equipo

Dramaturgia
José Luis Esteban
Autoría
Jordi Casanovas


Dirección
Miguel del Arco
Ayudante de dirección
Xus de la Cruz


Producción
Kamikaze Producciones, Milonga Producciones, Hause & Richman Stage Producers, Zoa Producciones
Producción Ejecutiva
Pablo Ramos Escola


Reparto
Fran Canos, Álex García, María Hervás, Ignacio Mateos, Martiño Rivas, Raúl Prieto
Escenografía
Alessio Meloni




Iluminación
Juan Gómez-Cornejo


Música
Sandra Vicente_Studio 340
Espacio Sonoro
Sandra Vicente_Studio 340
Fotografía
Vanessa Rábade




Compañía
Kamikaze
Vestuario
Alessio Meloni
Ayudante de vestuario
Alessio Meloni














Video escena
Patricia Portela


Web
https://teatrokamikaze.com/programa/jauria/


Idioma
Castellano








Fecha del Estreno: 06/03/2019

Teatro: El Pavón Teatro Kamikaze

Sala:  Sala Principal

Duración en minutos: 85

Género  Documento

En los Medios

José Luis Romo, “Jauría: lo que la obra de teatro sobre La Manada revela de nuestra sociedad”, El Mundo

Patricia Simón, “Jauría, la obra que preferiríamos no haber visto y que hay que ver”, La Marea

Raquel Vidales,“La Manada: el espectador es el juez en el teatro”, El País

Miguel Ayanz, “Yo sí te creo”, Volodia

Andrés Lomeña,“Jauría, la sobrecogedora obra sobre La Manda”, Huffpost

Víctor M. González, Revista GQ, “’Jauría’, o el teatro como arma contra la violencia machista”

José Miguel Vila, “Jauría: fotografía del macho hispano (a partir del juicio a La Manada)» Diario crítico

Aldo Ruíz,“Jauría: estremecedora actuación de María Hervás encarnando a la víctima de ‘la manada’ en un espléndido montaje dirigido por Miguel del Arco”, El Teatrero 

Sato Díaz, Cuarto Poder “Se abre el telón y aparece La Manada” https://www.cuartopoder.es/cultura/teatro/2019/01/25/se-abre-telon-aparece-la-manada-jauria-teatro/

Ángel Esteban Monge, “Miguel del Arco dirige este drama repleto de emocionalidad sobre el caso de La Manada que ha recreado Jordi Casanovas con las declaraciones de los protagonistas” Kritilo

Josep Lambies,“5 motivos para ver Jauría, la obra sobre el juicio de La Manada”, Time Out

Entrevista a Jordi Casanovas por Javier Ojeda, El Cultural

 

 

 

 

 

 

 

 


Jauría

Por todo ello, Jauría no solo es el caso de La Manada y su víctima de Pamplona, sino el reflejo de una realidad con la que convivimos, que intimida, y de la que parece imposible zafarse. Viendo esta pieza de teatro documento no puede uno dejar de estremecerse con su final, el real y el de esta propuesta, recordando el lema de aquellos días que resuena con fuerza durante la representación y durante más tiempo aún en nuestras cabezas: ¡Hermana, yo sí te creo!

Irene G. Escudero

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