Crítica de IF (La ligereza)

Carmen González Vázquez

Instituto del Teatro de Madrid

Ya no hace falta acudir a una obra de teatro barroco para plantearnos el tema del destino. Ni ver una tragedia griega con su zozobrante final. Y, además, podemos reírnos un rato y disfrutar de una verdad evidente: cuando tomamos una decisión, no sabemos si ha sido la adecuada y habrá que esperar un tiempo más o menos largo, siempre impaciente, para tener la conformidad y la confirmación (o no) de que aquella decisión fue acertada. Porque también es cómodo echarle la culpa al destino o a las circunstancias si un individuo no está satisfecho con la vida que tiene y, quizá, ahí resida el quid de la cuestión: la búsqueda de una perfección vital imaginada que impide en demasiadas ocasiones disfrutar de una imperfecta vida que también nos puede hacer felices.

De todo esto (y algo más que no desvelamos) habla If (La ligereza), que invita al público a quitarse el peso de encima cuando la continua toma de decisiones -no siempre trascendentales- van cargando nuestro sistema emocional, aunque quizá casi nunca pasa nada, porque simplemente se trata de vivir.

Los “isidoritos” (¿y si…? ¿y si…?), como los llaman los terapeutas, impiden o frenan en demasiadas ocasiones emprender actividades que dan miedo; o apoyar las justificaciones de una vida insatisfecha. Gracias al humor, al desparpajo, la Compañía del Señor Smith nos da la oportunidad de enfrentarnos a ese interrogantes y salir de la sala un poco más livianos. Después de la buena acogida en la IX edición de Surge Madrid, los programadores de Cuarta Pared han tenido el acierto de reponer la obra en la apertura de temporada y de que la ensambladura coral de sus intérpretes, que también lucen en solitario, vuelva a cobrar vida en la misma Sala.

Tras un prólogo que nos pone en situación, nos invitan a participar en la ficción ejemplificando 6 historias que corresponden a 6 personajes. Nos cuentan qué decisión tomaron de las dos posibles en su momento y será el público quien decida a qué personaje se le da una segunda oportunidad para que pueda saber qué habría ocurrido si hubiese tomado “la otra” decisión. En cada uno de los tres actos o turnos el público elige qué historia ver entre dos posibles, por lo que cada representación depende de la elección mayoritaria del público, pues, según su votación los intérpretes representarán unas u otras historias.

IF (La ligereza) nos anima a seguir soñando, a imaginarnos en otros derroteros, porque siempre hay otra vida; pero, sobre todo, nos invita a valorar la vida real que tenemos.