Hipólito: la empatía con Fedra en el confinamiento

Crítica de Hipólito

Ana Lía Borja

Prácticas, Máster de Teatro y Artes Escénicas UCM

En la obra dramática Hipólito, las palabras de Fedra, interpretada por Bea Insa, construyen un punto de vista del personaje con el que empatizar no es difícil. A pesar de que la pantalla se interpone entre los espectadores y la actriz y no asistimos, como en lo regular, a una sala a ver la obra; la propuesta de La Pacheca Collective es un esfuerzo de adaptación a la situación actual, que vivimos debido al aislamiento social, para ver teatro durante el confinamiento.  

El texto, que se basa en el mito clásico de Fedra, plantea un punto de vista adaptado al presente, el cual permite el desarrollo de una Fedra en estado de confesión, que nos habla desde la tristeza de sentirse rechazada por su hijastro Hipólito.

La interpretación de Insa consigue una intimidad con los espectadores a pesar de la dificultad de la pantalla, debido a su forma de expresión oral del texto, que se nota lo maneja bien. La palabra se llena de picos de intensidad dramática y contrasta con otros momentos de quietud, que se consiguen mediante los tonos y la voz trabajados por la actriz. Además, elige acciones físicas como lamerse, convirtiéndose por un momento en un animal, que aportan a la construcción de una Fedra con varias capas de caracterización que nos hacen comprenderla. 

El espacio escénico se trabaja desde la casa de Insa, otra adaptación a la situación de confinamiento, en la que se dispone una escenografía reducida y un vestuario e iluminación sencillos; signos visuales que construyen esa familiaridad del salón de Fedra.

Dentro de los signos de la puesta en escena, destaca la pieza musical de violonchelo interpretada por Nerea Aizpurua, que aporta desde el espacio sonoro, a la construcción de la atmosfera de la situación y recuerda a la tragedia. Además, la música nos atañe a la pena profunda de Fedra al hablar sobre el amor no correspondido de Hipólito.

 También, llama la atención del texto dramático de esta obra el hecho de que mediante una hoja de papel pegada al lado izquierdo del escenario veamos dibujado un corazón con las palabras “el público” dentro, cartel al que el personaje se refiere para hablar sobre las analogías entre la relación de Fedra e Hipólito y los actores y el público.