Reseña teatral de Hernani: diálogo, lengua y comedia
Crítica de Hernani
Los jueves en la sala Lola Membrives del teatro Lara se respira comedia. Con el efluvio de cierto bombazo taquillero de hace ya unos años, la cartelería de la pieza invita a un intercambio con soflama política. El público de muy diversa edad y procedencia, llena la sala.
Hernani presenta, aprovechando la estructura de la sala, una mesa de madera, dos sillas, un teléfono y una cámara de seguridad que sobrevuela a los protagonistas.
Dividido el espacio en dos, cada uno entra por un lado y se desplaza solo en su lado del escenario hasta que empiezan sus vidas a entrecruzarse -y así lo hacen ellos en escena.
Hernani bebe del marco de los encuentros de la justicia restaurativa, en la que se celebraron encuentros entre reclusos arrepentidos, ex miembros de ETA acogidos a la vía Nanclares y sus víctimas.
Así se plantea la premisa inicial, en la que Josean Bengoetxea y Daniel Ortiz interpretan al preso y al hijo de la víctima respectivamente. Inmediatamente, con estructura argumental de giro y segundo punto de giro, tras el detonante, la comedia se desenvuelve en tres actos que estallan en un clímax que funciona a la perfección con un público agradecido.
Con el resto de personajes elididos, el peso de la acción principal pasa a ocurrir fuera de escena, con los personajes protagonistas siguiendo la acción a través de llamadas telefónicas y narraciones de los nuevos sujetos -sus hijos-.
Los diálogos rápidos, los chistes recurrentes y las hipérboles con base política funcionan puesto que se sitúan en un lugar interesante por oposición. Se les da un peso ideológico opuesto a cada personaje que exhorta hasta el límite, repartiendo el efecto cómico de esta tensión por oposición que funciona gracias a la correctísima duración de la trama. Especial mención a la brillantez de Daniel Ortiz, que lleva con mimo su personaje, sorteando los riesgos que una caracterización deforme le pudieran generar.
Fernando Erre construye una pieza dramática con tintes de sketch televisivo que lleva a un sentimiento final feel good, un aplauso que termina con el alivio de saber que la risa y la comedia son no sólo posibles, sino muy agradecidas por el público del Teatro Lara. Cierto tinte simbólico muy bien cuidado, mezclado con comedia de choque de réplicas, que es al fin y al cabo, la base más pura del teatro. Un conflicto, y un diálogo. Dos posiciones enfrentadas que se asustan al ver que se ríen de lo mismo.
Sinopsis
Julen es un antiguo militante de ETA que acepta reunirse en prisión con Edmundo, el hijo de un hombre al que secuestró tiempo atrás. El recluso asiste a la cita con la intención de pedir perdón, pero su interlocutor alberga un deseo distinto: vengarse. Sin embargo, no se trata de una venganza convencional. Edmundo ha urdido un singular y desconcertante plan que termina enredando a ambos en una imparable escalada de despropósitos.
Equipo
Autoría
Fernando Erre
Dirección
Juanma Gómez
Producción
Arte & Desmayo
Reparto
Josean Bengoetxea, Daniel Ortiz, Carlos Hipólito, Iñaki López, Mikel Bermejo
Iluminación
Daniel Dicenta
Música
Ander García, Josean Bengoetxea
Espacio Sonoro
Mikel Castells
Fotografía
Juan G. Andrés, Javi Julio
Diseño del cartel
A Lad Insane, Carmencita Whitetower
Web
https://www.teatrolara.com/programacion/hernani/#ficha-tecnica
Idioma
Castellano
Fecha del Estreno: 04/03/2022
Teatro: Teatro Lara
Sala: Sala Lola Membrives
Duración en minutos: 80
Género Comedia
En los Medios José Miguel Vila, Las guerras de nuestros antepasados, Diario Crítico Alberto Ojeda, ‘Hernani’, cauterizar el horror de ETA con risa, El español
Hernani
«Los diálogos rápidos, los chistes recurrentes y las hipérboles con base política funcionan puesto que se sitúan en un lugar interesante por oposición. Se les da un peso ideológico opuesto a cada personaje que exhorta hasta el límite, repartiendo el efecto cómico de esta tensión por oposición que funciona gracias a la correctísima duración de la trama. Especial mención a la brillantez de Daniel Ortiz, que lleva con mimo su personaje, sorteando los riesgos que una caracterización deforme le pudieran generar.»
Mélanie W.
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