Crítica de Fuente Ovejuna
El texto de Lope de Vega es sometido a un proceso más de intervención dramática que de mera adaptación, al hacer girar toda la pieza en torno a la acción del despótico uso de poder del Comendador, abusando y vejando a las chicas del pueblo, mientras el pueblo, permanece impasible hasta que se revela. Al multiplicar el número de Laurencias, aunque la Laurencia de Lope de Vega emerge con su famoso monólogo, y la acción resignada del pueblo, se reducen muchas tramas secundarias que en el original tienen su importancia. De este modo, la propuesta se reduce y la sucesión de variantes de la misma escena da cierta monotonía, aunque la versión da una interesante vuelta de tuerca al diferenciar la violación a la dama principal de las demás, lo que le lleva a un personaje a decir que no todos son iguales. Quizá esta simplificación de la fábula, obligada para “dar papel” a un extenso número de actores de la joven compañía, lleva consigo un exceso de maniqueísmo en la presentación de personajes, trivialización del argumento y un carácter rutinario en la sucesión de las escenas. Tampoco se matiza y falta el crescendo en el malestar del pueblo que termina con la revuelta y muerte del comendador. Destaca en la versión el tratamiento del verso y la fuerza y el pulso poético en la construcción de nuevas partes.
El director pide mucha energía a los actores, excesiva en algunos momentos, porque la fisicidad de las acciones resta importancia a la palabra, aunque con ella logre un ritmo poderoso, un tempo intenso y rápido, y la trasmisión de la historia a través de lo físico. Ayuda a este planteamiento la concepción escénica, unas talanqueras, que encierran un espacio central, que recuerda a una antigua plaza de toros de pueblos. Los movimientos sobre los tablones, la salida del Comendador por “la puerta de un toril” y la entradas de las chicas, escogidas para su entretenimiento, abundan significativamente en el planteamiento de la propuesta dramatúrgica. La iluminación, donde predomina el claro oscuro juega a favor de ese ambiente sombrío y hostil del pueblo que se rebela.
Los jóvenes actores dicen bien el verso, algunos de manera orgánica, mostrando comprensión del mismo, otros (los menos) de manera más automática. Interpretan con solvencia, de una manera coral, pero el director debería haber cuidado más las transiciones, la matización de los personajes (darles mayor individualidad, para que no queden como un personajes excesivamente coral) y contener interpretativamente al comendador, que destaca en exceso y rompe la armonía del conjunto del drama.
José Gabriel López Antuñano
UNIR
La versión que ha realizado Alberto Conejero de esta obra maestra de la literatura universal es cuando menos particular, en tanto que centra su atención solo en algunos de los aspectos, no pocos, que posee la tragicomedia. Este hecho, la lectura selectiva de la pieza, resulta además de interesante necesaria, como Conejero ha puesto sabiamente en evidencia, pues los múltiples significados que puede adquirir no son en absoluto gratuitos, pudiendo ser incluso diametralmente opuestos, según la interpretación que se haga en cada caso.
En el que nos ocupa, Fuente Ovejuna sirve para mostrarle al público cómo lo que tradicionalmente se ha considerado un acto de solidaridad puede resultar pura villanía, un trance urdido a la desesperada por unos pocos, forzado e in extremis, que no encuentra reflejo en el grueso de la población, la cual observa cobarde y pasivamente el devenir de los acontecimientos. Resulta fácil ser espectador desde la barrera, incluso jugar a zarandear al toro, con el que por cierto comienza en esta ocasión la obra, pero otra cosa bien distinta es mediar para poner fin a las injusticias. Y es aquí precisamente donde el activismo muestra sus fisuras, donde la insolidaridad se hace palpable, donde la culpa campea y donde las víctimas inocentes se convierten en una especie de mártires para el pueblo, que celebran el final de los acontecimientos tanto como aquellos otros que ven cumplidas sus ambiciones políticas desde la distancia. Nos referimos, lógicamente, a unos Reyes Católicos estrategas que aprovechan lo ocurrido para incorporarlo a su causa militar, cuyo ejército esta vez ha estado formado por simples aldeanos que han luchado espontánea y voluntariamente contra el Comendador que estaba al servicio del Maestre de Calatrava, quien se había distanciado tácticamente de los monarcas. Con este leitmotiv se plantea el espectáculo.
Con un par de escenas manifiestamente retocadas, sobre todo al final de la representación, en la que Isabel y Fernando se muestran complacientes, más que bondadosos, la puesta en escena funciona como un todo dinámico y bien engranado, con una interpretación coral que se refleja en la armónica dicción sucesiva del verso por parte de cada uno de los actores de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico, como en la coreografía y el ritmo acompasado de las palmadas colectivas que se suceden en el escenario, con toda su carga significativa, instintiva y visceral.
La escenografía, un semicírculo de gradas, se presenta al público como si se tratara de un cuerpo que desea darle un abrazo, del que por otra parte no podrá huir, y lo quisiera integrar en esa otra mitad no explícita, fuera del escenario pero dentro de la misma realidad que la escena representa, a pesar de las distancias temporales. En definitiva, un acierto absoluto de planteamiento, realización y comunión con el público, que supo agradecer el acierto de la puesta en escena con una larga ovación.
Miguel Ángel Jiménez Aguilar
SELITEN@T
Sinopsis
La presencia del Comendador en Fuente Ovejuna perturba la vida del pueblo al fijarse en las chicas lozanas (en la versión hay una multiplicación de Laurencias) de las que goza y una vez vilipendiadas devuelve marcadas a la sociedad local. La autoridad intenta hacer justicia, descubriendo al asesino del representante regio, pero ante la acusación solo obtienen la respuesta de que el asesino son todos, la conjura del pueblo. Los Reyes reconocen los abusos del Comendador y dan la sentencia de su ajusticiamiento por buena.
Equipo
Autoría
Lope de Vega
Versión
Alberto Conejero
Dirección
Javier Hernández-Simón
Producción
Compañía Nacional de Teatro Clásico
Reparto
Jacobo Dicenta, Marçal Bayona, Mikel Aróstegui, Alejandro Pau, Paula Iwasaki, Ariana Martínez, Loreto Mauleón, Pablo Béjar, Almagro San Miguel, Carlos Serrano, Kev de la Rosa, Aleix Melé, David Soto Giganto, Raquel Varela, Miguel Ángel Amor, Daniel Alonso de Santos, Sara Sánchez, Marina Mulet, Nieves Soria, Silvana Navas, José Fernández, Carolina Herrera, Cristina Arias
Escenografía
Bengoa Vázquez
Iluminación
David Hortelano
Movimiento
Marta Gómez
Música
Álvaro Renedo
Espacio Sonoro
Álvaro Renedo
Compañía
Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico
Vestuario
Beatriz Robledo
Festivales
Festival de Teatro Clásico de Cáceres (16 de junio); Festival de Teatro Clásico de Olmedo (14 de julio) y Festival de Teatro Clásico de Almagro (19 – 23 de julio)
Asesoría literaria
Chelo García
Web
Fuente Ovejuna
Idioma
Castellano
Fecha del Estreno: 19/05/2017
Teatro: Teatro de la Comedia. Compañía Nacional de Teatro Clásico
Sala: -
Duración en minutos: 90
Género Drama
En los Medios Horacio Otheguy Riveira, Culturamas: «Fuente Ovejuna vuelve a levantarse contra la tiranía de la falocracia» José Catalán Deus, Periodista Digital: «Un Fuenteovejuna juvenil y desenfadado»
Fuente Ovejuna
«El abuso de poder se presenta como un excitante espectáculo de aventuras, que no omite su ramalazo…»
Horacio Otheguy Riveira
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