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Crítica de El viento hace la veleta

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José Ramón Sánchez-Pujante Fernández
Prácticas, Máster de Teatro y Artes Escénicas UCM

 

El viaje comienza a la hora del desayuno, cuando la familia se reúne en torno a su falso idilio. En el tiempo que dura la función, el espectador es testigo del ascenso y caída del imperio familiar en la horquilla de años que abarca desde mil novecientos y pico a dos mil y algo. La llegada del nuevo milenio trae consigo la mirada recelosa al cambio, lo que provoca no pocas zozobras en la nave familiar, casi tan inestable como la estructura cúbica que los alberga.

Los cuatro miembros se mueven entre la cotidianeidad y la rutina en un viaje de la felicidad al hastío, en una evolución muy bien marcada tanto por parte de los actores como por parte de la dirección. La refrescante interpretación de Juan Paños destaca entre un conjunto muy bien conseguido de actores, sin por ello desmerecer el trabajo de sus compañeros.

El elemento móvil de madera que actúa como escenografía casi en exclusiva suma más que resta, lo cual es complicado al tratarse de un recurso algo manido ya sobre las tablas. La acertada dirección y el buen hacer de los actores consiguen hacer de este un elemento muy elocuente para la obra, un marco que encuadra a la perfección la foto familiar.

Es importante señalar que, sin duda, uno de los aspectos más fuertes de la obra es el texto de Philipp Löhle, quien refleja de un modo satírico pero certero el instante del cambio social que atravesó gran parte de occidente -antes o después, de ahí la inconcreción en las fechas- con la llegada del nuevo milenio y las novedades que este traía. La familia es, en este caso, el medio y el fin para reflejar la evolución y la involución del nuevo modelo de familia burguesa, con sus rachas de idilio y sus etapas de estrepitosa decadencia. Los valores personales fluctuando como activos bursátiles en una obra que se desenvuelve con soltura entre la comedia y el drama, entre la carcajada y la media sonrisa, entre la añoranza y el miedo; mirando al pasado y al futuro con alegría y al presente con una honda tristeza.

José Ramón Sánchez-Pujante y Fernández, ITEM

 


Sinopsis

Cuatro. Padre, madre, hijo e hija se sientan a desayunar. Todo aparenta cierta normalidad. Desayunan. Una casa. Una isla. Un puntito del tamaño de la cabeza de un alfiler en la nada azul. La familia. La excusa de un desayuno para forjar un vínculo irreal. Una familia como muestra de catálogo ideales burgueses. Hasta que el padre de familia pierde su medio de vida. Con el desempleo viene la crisis, las preocupaciones, los conflictos y el divorcio. Es una montaña rusa de emociones, un paseo por la vida donde cabe el drama y la ironía.
El deseo de alcanzar los sueños y la frustración que produce el no conseguirlo.


Equipo



Autoría
Philipp Lohle


Dirección
Tomás Cabané
Ayudante de dirección
David Hidalgo








Reparto
Juan Paños, Inma Garzía, Ana Carril, Iván Luis
Escenografía
Marcos Olivares




Iluminación
Ángel Salamanca








Traducción
Biblioteca Teatral Goethe-Institut




Vestuario
Marcos Olivera






Diseño del cartel
(Diseño gráfico:) Jaime Riba












Web
El viento hace la veleta|El viento hace la veleta


Idioma
Castellano








Fecha del Estreno: 05/07/2017

Teatro: Sala Nave 73

Sala:  -

Duración en minutos: 80

Género  Comedia

En los Medios

Amanda H C, Proyecto Duas, “La normalidad hecha realidad a primera hora de la mañana”

Fernando Muñoz Jaén, Butaca de primera, “La familia como elemento social”

Estrella Savirón, A golpe de efecto, “Un viaje desde mil novecientos y pico a dos mil y algo”

 


El viento hace la veleta

«Un buen texto que refleja una satírica pero a la vez muy certera visión de la realidad familia…»

Estrella Savirón

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