Crítica de El gato que salta y el gato que cae (Un experimento con el tiempo)
Al entrar en la sala de El Umbral de la Primavera, el público se encuentra con una disposición que no suele ser la habitual en este espacio: los espectadores se dividen en dos grupos que se sitúan a los lados de un espacio escénico enmarcado por unas telas traslucidas. Al contrario de lo que suele suceder cuando se utiliza este tipo de disposición, las telas ocultan a los espectadores que se sitúan enfrente. Lo que sí nos llega, no obstante, es la risa y reacciones del público del otro lado a lo largo de la representación, una sensación que responde al carácter experimental al que hace referencia el propio título de la pieza y que nos sitúa en un territorio casi onírico.
Para llevar a cabo este experimento, el espectáculo de Hernán Gené se vale de cuatro actores, un sofá, máscaras asiáticas y proyecciones varias – desde unas escaleras imposibles que recuerdan a las ilustraciones de Escher hasta varios fragmentos en los que aparece Julio Cortázar hablando sobre la noción de lo fantástico. Los actores desarrollan las escenas por pares o de forma individual. Nos encontramos así con una pareja, una señora que ha estado en París, alguien que necesita acudir a un psicólogo, conversaciones telefónicas, un monólogo sobre el tiempo y su poder de transformación. La narración, como evidencia la sucesión de acciones no conectadas entre sí, desaparece en términos formales. En su lugar, el público acompaña a los intérpretes en sus escenas inconexas y observa con curiosidad las pequeñas excentricidades de las que se vale la puesta en escena, tales como el uso espontáneo de caretas y la introducción de coreografías.
En un momento dado, por ejemplo, los actores aparecen con bolsas en la cabeza. Tras esto, uno de ellos afirma “Esta función es un poco rara.” Comienza con ello una reflexión sobre el teatro contemporáneo, sobre la posibilidad de entenderlo y los medios de los que se vale. Tras esto, regresa la voz y grabación de Cortázar, que nos devuelve a un universo que ya habíamos visitado durante la representación.
La sucesión de escenas y reflexiones filosóficas (el paso del tiempo, la muerte, el amor) configuran una pieza que transita en el terreno de los sueños, en la que al espectador no se le cuenta una historia, sino que se le brinda la oportunidad de acompañar a los actores en el aquí y ahora, haciéndole partícipe de, como el título indica, “un experimento con el tiempo”.
Isabel Guerrero Llorente
ITEM
Sinopsis
Cuatro personas se hallan en una habitación alargada. Sin saberlo, comparten espacio y tiempo a la vez que cada uno se encuentra en una realidad diferente, aparte, propia e inalcanzable. Sus historias y necesidades personales se vuelven difusas al entrecruzarse con las otras, tan reales y efímeras como cualquier otra. En sus relaciones, nos proponen relaciones sobre el tiempo, la muerte, el amor y sus deseos, sumergiéndonos en un collage escénico que nos transporta de un mundo a otro, a dimensiones paralelas, a sueños nunca soñados, a un encuentro con los fantasmas que tal vez seamos sin saberlo.
¿Y si el tiempo no existe y sólo existe el ahora? ¿Y si lo que llamamos pasado y futuro no es más que una proyección de nuestra mente?
Equipo
Ignacio del Moral, Verónica Fernández
Autoría
Hernán Gené
Dirección
Hernán Gené
Ayudante de dirección
Rafael Martín Blanco
Producción
Francisco García-Muñoz (teatro vivo)
Reparto
Esther Acevedo, Juan Migule Alcarria Herrera, Andrea Álvarez, Manuela Rodríguez
Escenografía
Hernán Gené
Iluminación
Juan Miguel Alcarria Herrera
Movimiento
Esther Acevedo
Web
El gato que salta y el gato que cae (Un experimento con el tiempo)|El gato que salta y el gato que cae (Un experimento con el tiempo)
Idioma
Castellano
Fecha del Estreno: 06/10/2017
Teatro: El umbral de la primavera
Sala: -
Duración en minutos: 70
Género Experimental
En los Medios José-Miguel Vila, Diario Crítico: «Una propuesta tan interesante como divertida, tan filosófica como humorística, tan sorprendente como libre».
El gato que salta y el gato que cae (Un experimento con el tiempo)
Una propuesta tan interesante como divertida, tan filosófica como humorística, tan sorprendente como libre.
José-Miguel Vila
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