Crítica de Después de Fedra
“La figura de la mujer siempre ha sido posicionada en un lugar injusto y sesgado, al menos a nuestro parecer en la literatura dramática clásica. En esta propuesta hemos querido acompañar a Fedra, jugando a ver a través de sus ojos, en ese viaje donde la mujer ha luchado a lo largo de los siglos, por encontrar su sitio…” puede leerse sobre la obra en la página web de El Umbral de Primavera. Esta es la manera de Amada Santos y Pedro Lendínez de explicar su visión del mito y su versión teatral del mismo, huyendo de los convencionalismos de las múltiples versiones anteriores del mismo (Eurípides, Racine, etc).
En esta puesta en escena se nos muestra a Fedra (o podríamos decir que su espíritu) sola ante su propio cadáver y el de su hijastro Hipólito, del que, como cuenta el mito, está extremadamente enamorada. La esposa de Teseo habla aquí sin tapujos de sus sentimientos hacia su hijastro, huyendo del sentido de culpa que otros autores dramáticos le han impuesto. Lo hace desde una especie de limbo en el que su “fantasma” continúa en la habitación en la que están los cadáveres sin lograr una “transición”, pues parece necesitar hablar sin censura de lo sucedido.
El espacio escénico diseñado sigue una estética abstracta, que no nos lleva a ningún lugar ni tiempo concreto y sigue una gama de colores también bastante determinada que encajan con cierta unidad con el vestuario de la actriz. El vestido de Fedra sí que recuerda a una ropa típica de la moda griega clásica, creando un contraste con los “cadáveres” cubiertos por el plástico brillante que se utiliza actualmente para tapar un cuerpo en una investigación policial. Este contraste, aunque extraño, no resulta chocante, sino que afirma la idea de intemporalidad de la historia. La idea de abstracción es potenciada por una iluminación cambiante e interesante, que acompaña al personaje en sus distintos estados emocionales.
Amada Santos interpreta a una Fedra correcta, y sin duda brilla en varios momentos de la obra, en los que era capaz de transmitir una gran cantidad de emociones muy intensas. Sin embargo, en otros tramos del texto fallaba su captación de la atención hacia el público y noté una falta de energía e intensidad en su interpretación que considero fundamental en un personaje trágico. Me faltó esta fuerza en bastantes momentos, motivo por el cual no llegó a enganchar conmigo del todo, salvo en momentos realmente buenos. Es posible que tuviese un mal día, y en cualquier caso, resulta un monólogo muy disfrutable y un texto realmente hermoso y de una interesante lectura feminista de un personaje clásico.
Abel Pérez, ITEM
Sinopsis
Suenan sirenas y voces en una emisora. Apenas han pasado unos minutos desde la consumación de la tragedia ejecutada por Fedra y sus manos, dando muerte tanto a Hipólito como a ella, y todo, en nombre del amor. Los cuerpos aún calientes yacen en el suelo cubiertos por mantas isotérmicas y un espíritu, que todo hace indicar que es el de Fedra, vaga por el lugar buscando respuestas. Claves que le ayuden a encontrar la paz que tanto anhela.
Cuando ni la muerte aclara el camino
Cuando la culpa cala hasta el tuétano
Cuando las preguntas se convierten en cuchillos.
Equipo
Autoría
Pedro Lendínez
Dirección
Pedro Lendínez
Producción
Amada Santos-Paripé Teatro
Reparto
Amada Santos
Escenografía
La Mundial
Iluminación
Augusto Sánchez
Movimiento
Eva Murcia (Asesora de coreografía)
Música
Sitoh Ortega & Sole Candela
Espacio Sonoro
Pedro Lendínez
Fotografía
Sitoh Ortega
Compañía
Paripé Teatro
Vestuario
Antonio Mañas
Idioma
Castellano
Fecha del Estreno: 01/04/2017
Teatro: El umbral de la primavera
Sala: -
Duración en minutos: 80
Género Drama
En los Medios Ignacio Frías Abarca, DiarioJaen, Fedra: una mirada al interior de una mujer Blog El bombín de Lautrec, Reseña teatral: después de Fedra
Después de Fedra
«Un par de días antes, y Después de Fedra hubiera coincidido con el Día de Difuntos…»
Ignacio Frías Abarca
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