Crítica de Descarriados
Descarriados expone desde el primer momento su intención por reflexionar sobre la naturaleza del hombre. De esta manera, la puesta en escena inicia con la reunión de todos los personajes en el espacio de representación quienes a una sola voz recitan la siguiente reescritura del Avemaría: Dios te salve, humano. Lleno eres de hambre. El señor es sin ti. Maldito tú eres entre todos los seres. Maldito es el fruto de tu vientre, humano. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros. La creación de esta imagen poderosa dura solo unos segundos, lamentablemente se descompone con el último verso y nunca más se recupera a lo largo de la obra.
Se puede identificar que el objetivo de Descarriados es hacer que el público reflexione, sin embargo, presenta un núcleo de convicción dramática muy general que invita a Moisés Afer a bordar varias cuestiones como la política, la corrupción, las redes sociales, el machismo, la muerte, el acoso, la maternidad, entre otras. La falta de profundidad en el tratamiento de estos temas ocasiona que el espectador no siga el hilo conductor de la obra generando más espacio para la confusión que para la reflexión.
Por otro lado, la disposición espacial de los espectadores a dos bandas, aunque da la sensación de enfrentamiento, no se justifica dramatúrgicamente en ningún momento; considero que una disposición frontal no habría modificado la recepción de la obra. Además, la dinámica utilizada durante los cambios de escena en la que se ilumina al primer grupo de espectadores y luego al segundo mientras escuchamos grabaciones de anuncios publicitarios y discursos cortos de personajes relacionados con la política y fácilmente identificables por los asistentes, se agota rápidamente y provoca que el ritmo de la obra decaiga.
De la misma manera, los canales expresivos empleados se caracterizan por no ser precisos y por generar confusión. En primer lugar, los intérpretes utilizaron un vestuario similar durante toda la obra que permitía identificar su pertenencia a un mismo grupo social, sin embargo, limitaba el movimiento de los actores y ensuciaba la acción. En segundo lugar, la escenografía propuesta entorpecía el movimiento escénico y aunque parte de ella nos situaba en el espacio diegético propuesto en algunas de las escenas, muchos otros elementos como las velas colocadas en el suelo y los marcos con tejidos ubicados delante de los espectadores adornaban el espacio e impedían el limpio desplazamiento de los actores y la cómoda visualización de los asistentes. En tercer lugar, la interpretación de los actores se caracterizó por un sucio manejo de los objetos en escena, imprecisión en las coreografías marcadas, falta de dicción y una interpretación no convincente.
En conclusión, Descarriados es un proyecto ambicioso con un grupo humano muy grande que lamentablemente se caracteriza por la falta de limpieza en la elección y ejecución de los canales expresivos para la correcta transmisión del mensaje. Es muy general en el discurso y aunque se nos presenta al hombre como un ser maldito dentro de cada una de las escenas, la falta de profundidad nos hace extrañar aquellos motivos que lo impulsan a actuar de esa manera. Descarriados nos muestra a un hombre maldito sin ningún otro matiz.
Milsa Maúrtua Salvador – Máster en Teatro y Artes Escénicas
Dascarriados parte de un texto con una fuerte intención social que se ve diluida por la cantidad de temas que quiere abarcar y por la falta de profundización en ellos. La política, la ideología, las violaciones, la hipocresía, las redes sociales, la maternidad… Todos estos temas son tratados de alguna forma en la función, aunque el autor no llega a opinar sobre ellos. En este mundo creado por Moisés Afer, no se nos quiere mostrar que el hombre es malo o actúa erróneamente debido a sus circunstancias –como ocurría en el teatro de Bertolt Brecht- sino que quiere mostrarnos que todos los hombres son malos y actúan mal por el simple hecho de ser hombres. De hecho, en la justificación de la obra, ponen una cita de Juan Carlos Onetti: «cuando me presentan a alguien me basta con saber que es un ser humano para estar seguro de que peor cosa no puede ser». Pero si es esta condición de ser humano la que prohíbe ser mejor, nadie puede generar un cambio sobre su conducta, porque es algo intrínseco en las personas. Por tanto, la reflexión que el espectador puede generar al respecto es vaga.
Los personajes planteados son demasiados como para poder seguir el hilo de la historia con facilidad. Las tramas son confusas y el barroquismo en las intenciones de algunos personajes hace que sea difícil vincular la historia con la realidad. Toda esta dificultad se ve agravada debido a que algunos actores doblan personaje, aunque hay que admitir que el código de cambiar los colores de las botas de agua, así como añadirles cualquier complemento distintivo, ayudaba mucho a la comprensión.
Por otro lado, parte de la escenografía supone un problema para la visibilidad del espectador, puesto que ante ambas bandas de butacas hay colocadas dos estructuras metálicas con hilos de colores cruzados. Esto incomoda al espectador que intenta contemplar la escena, ya que los hilos hacen que tengas que forzar la vista. Además de que no tienen ninguna función en la pieza, más allá que decorar el espacio. Pero también hay elementos que dificultan a los intérpretes como por ejemplo, las velas situadas al pie de la estructura encadenada que simula el árbol, las cuales pisan o se tropiezan con ellas. O los chubasqueros que todos los habitantes del pueblo lucen, puesto que no favorecen los movimientos de los actores, y dificultan, por el sonido del plástico, que el sonido de las voces de los actores llegue con claridad.
Para finalizar, solamente decir que es un proyecto muy ambicioso para una pequeña compañía, puesto que el reparto está formado por muchos actores que interpretan a muchos personajes, y eso supone un gasto enorme de dinero y muchos problemas a la hora de enfocar los ensayos. También decir que se nota que la producción está pensada para un espacio escénico más grande, pero que debido al enfoque que tienen los circuitos teatrales, se ha programado en una sala pequeña.
Amelia Ibarz Martín – Máster en Teatro y Artes Escénicas
Sinopsis
Un extraño encadenado a un árbol. Héroe ecologista para unos. Hippie de mierda para otros. Y el extraño que dice no saber nada. Algunos quieren talar el árbol, otros no, y el extraño insiste en marcharse. Pero no puede, porque no hay nada como inventar una excusa para hacerlo reventar todo, sin importar donde alcance la metralla. El árbol es lo de menos. Yo y mis intereses. Eso es todo lo que hay.
Equipo
Autoría
Moisés Afer
Dirección
Moisés Afer
Producción
Juntacadáveres, A.C.
Reparto
Rebeca Arias, Fran Bueno, Sixto Cid, Ignacio Fernández, Iván González, Raúl Lavilla, Irene Ríos, Paola Rossi
Escenografía
Moisés Afer
Construcción de escenografía
Antonio AriasMoisés Afer
Iluminación
Fran Bueno
Fotografía
Raúl Lavilla
Compañía
Juntacadáveres Teatro
Idioma
Castellano
Fecha del Estreno: 18/04/2021
Teatro: Off Latina
Sala: -
Duración en minutos: 90
Género Tragicomedia
En los Medios Página web oficial del espectáculo: http://juntacadaveresteatro.com/montajes/descarriados/
Descarriados
«Descarriados expone desde el primer momento su intención por reflexionar sobre la naturaleza del hombre. .De esta manera, la puesta en escena inicia con la reunión de todos los personajes en el espacio de representación quienes a una sola voz recitan la siguiente reescritura del Avemaría: Dios te salve, humano. Lleno eres de hambre. El señor es sin ti. Maldito tú eres entre todos los seres. Maldito es el fruto de tu vientre, humano. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros.«
Milsa Maúrtua Salvador
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