Crítica de Crimen y telón
Crimen y telón es una pieza que rezuma teatro por los poros y homenajea las corrientes metaliterarias contemporáneas deudoras de un Ionesco o un Brecht. La cuarta pared es asaltada constantemente a lo largo de la obra: el público es identificado como tal, se señalan casi todos los elementos escénicos y teatrales (proscenio, peine, etc) y se da voz, en un cierre metateatral genial, a los técnicos de sonido, luz, al director y al regidor.
Asimismo, la obra tiene un elemento educativo. En el proceso de descubrimiento del “asesino” del teatro el detective Noir y el teniente Blanco de la agencia Anti Arte pasan por cuatro periodos de especial relevancia para la historia del arte: su nacimiento, el teatro grecorromano, el clásico (en Inglaterra, Francia y España) y el contemporáneo. La división tiene, además, trascendencia dramática, tras el periodo clásico se rompe la pareja formada por el teatro y la poesía (se abandona el teatro en verso) por lo que el detective Noir adquiere una pista para resolver el crimen.
Las figuras fundamentales (Teatro, el detective Noir, el teniente Blanco, Tragedio y Comedio) se encuentran bien delineadas y caracterizadas. El teniente y el detective tiene, cada uno, un traje que remite a su esencia como signo. Noir, un detective que parodia y homenajea (como toda la obra), la novela negra, va vestido de negro a lo Sam Spade. Blanco, el teniente interpretado por Íñigo Echevarría, lleva un abrigo largo blanco que recuerda y refuerza su elegante asepsia. El personaje de Teatro es quizá el más elaborado: y tiene caracterización (traje rojo y máscara), kinesia y gestualidad derivadas del Pantalón de la commedia dell´arte lo que permite su identificación con uno de los personajes cómicos más interesantes del único teatro clásico que faltaba: el italiano.
Como suele ser usual en el caso de los ronlaleros, la pieza está salpicada de música y piezas bailables. Son artistas polivalentes que buscan hacer un teatro divertido, cercano y con guiños a sus muchos seguidores. Se trata de una pieza lúdica que nos devuelve elementos de una fascinación casi infantil por la magia del teatro.
Julio Vélez Sainz
SET – ITEM
La nueva propuesta de Ron Lalá continúa su línea que tan buen acogida de público tiene: teatro desenfadado, con música, canciones, rápidos diálogos con ideas concentradas, mucho ritmo y variedad de efectos bien realizados más con ingenio que con suntuosos medios. La fórmula funciona para acercar a gentes alejadas de los espectáculos escénicos o a escolares: divierten, entretienen, captan la atención durante toda el tiempo e incluyen algunos “mensajes culturales” que, quizá, calen entre los espectadores que se entusiasman con sus trabajos. En Crimen y telón ponen el foco en una cosa llamada teatro, que marcó la educación y la cultura de tiempo pretéritos y que en los albores del siglo XXI parece llamada a desaparecer. El armazón para transmitir esta cuestión son las investigaciones del inspector Noir, ante la aparición de un cadáver, el del teatro, colgado de un varal del peine. Sobre este soporte se cuentan cómo era el teatro cuando desapareció (la historia se relata en una hipotética cuarta década del presente siglo): “la cocina” de la escena siempre interesa a espectadores menos habituales y junto a los entresijos espectaculares un repaso por la historia del teatro, más con títulos y algunos breves fragmentos que con retazos de escenas, como hacen con Edipo rey. En este sentido, y destacando que la propuesta entretiene, quizá el texto se quede insuficiente o superficial. En trabajos precedentes han transmitido más ideas y han despertado mayor curiosidad por abordar los temas tratados, una vez finalizada la función o han cumplido con una tarea más didáctica.
Los cinco actores hacen de todo, cantan, tocan instrumentos, interpretan con comicidad y desenfado, se transforman en personajes poliédricos, etcétera. El tempo rápido y el ritmo acelerado con deliberación no permiten la pausa. La búsqueda de gag del lenguaje y, sobre todo, corporales, regocijan a espectadores primerizos o alejados del teatro. La sorpresa y la expectación están presentes. En conjunto una buena propuesta y eficaz para acercar gente al teatro, pero con el peligro de desgaste de fórmula, sino la evolucionan y no cuidan un mensaje capaz de dejar más poso.
José Gabriel López Antuñano
ARES – UNIR
Sinopsis
Una investigación provocada por la aparición del cadáver del teatro, una actividad lúdica que dentro de varias décadas habrá desaparecido por la prohibiciones. Dos historias se contraponen sobre el escenario, la investigación de Noir y Blanco acerca del crimen; la propagación de disturbios provocados por amantes clandestinos del teatro. Una y otra historia sirven para repasar la historia del teatro.
Equipo
Autoría
Álvaro Tato (Creación colectiva de Ron Lalá)
Dirección
Yayo Cáceres
Producción
Ron Lalá, Emilia Yagüe
Producción Ejecutiva
Martín Vaamonde
Reparto
Juan Cañas, Íñigo Echevarría, Miguel Magdalena, Daniel Rovalher, Álvaro Tato
Escenografía
Tatiana de Sarabia, Yeray González
Construcción de escenografía
Mundo, Escena integral, Artmakerstudio
Iluminación
Miguel Ángel Camacho
Música
Miguel Magdalena
Fotografía
David Ruíz
Compañía
Ron Lalá
Vestuario
Tatiana de Sarabia
Ayudante de vestuario
Yeray González
Realización de vestuario
Maribel rodríguez, Davinia Fillol, Diana García
Asesoría literaria
Álvaro Tato
Web
Ron Lalá|Ron Lalá
Idioma
Castellano
Fecha del Estreno: 21/12/2017
Teatro: Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa
Sala: -
Duración en minutos: 90
Género Metateatro
En los Medios María de Ancos Rivera, Culturamas: «Una apoteósica celebración del arte y la cultura en general y del teatro en particular». Antonio Castro, Madridiario: «Un formidable espectáculo en la línea de lo que han dado en llamar metateatralidad«. José Miguel Vila, Diario Crítico: «Un espectáculo literario y musical lleno de tintes de parodia, de comedia negra, con música en directo». Patt, Deja volar tu imaginación: «Entretiene, enseña y es crítico. ¡Lo tiene todo!». Juan Ignacio García Garzón, ABC: «Un discurso divertidísimo, afilado de intención satírica y con un colofón de sombrerazo». Raúl Losánez, La Razón: «La compañía demuestra otra vez un talento sin parangón entre los nuevos creadores»
Crimen y telón
Una apoteósica celebración del arte y la cultura en general y del teatro en particular.
María de Ancos Rivera
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