Crítica de Amorodioamor

Olivia Nieto Yusta

SELITEN@T-UNED

Desde hace casi dos décadas la dramaturga y actriz María Miguel ha desarrollado una intensa carrera interpretativa en teatro, cine y televisión junto a directores de la talla de Carme Portacelli, Roberto Cerdá, Àlex Rigola, Vicente León, Fernando Guillén Cuervo y Benito Zambrano, entre otros. Amorodioamor es la primera obra de La Romería Producciones. Desde hace tiempo María Miguel quería hacer una obra sobre el amor y las distintas etapas emocionales que atraviesa una relación sentimental. El proyecto se fue fraguando junto al iluminador Jesús Almendro y el dramaturgista Juanma Romero. Entre los tres fueron creando escenas, imágenes y textos que se han ido enriqueciendo con fragmentos de Benjamín Prado, Roland Barthes (Fragmentos de un discurso amoroso) y Frederic Beigbeder (El Amor dura tres años) teniendo como resultado Amorodioamor. La obra gira en torno a Greta, una azafata de tren que soñaba con ser bailarina, y la historia de amor que vive junto a Albert, periodista y pasajero que conoce en el tren. Sobre el escenario Greta rememora la pasión, el odio, la esperanza, el dolor y la frustración de un romance de diez años ya acabado. Junto al público, que participa activamente en el espectáculo, el personaje disecciona la verdadera naturaleza del amor a la par que se autorretrata, se reafirma y se libera puesto que “es la historia de alguien que necesitó odiar a quien amó para llegar a amarse a sí misma” como asegura su autora e intérprete del espectáculo María Miguel (Anónimo). Amorodioamor es un rompecabezas emocional cuyo título refleja precisamente “el ritmo de la función que va y viene, sube y baja como una montaña rusa, y el vaivén de emociones por el que Greta, la protagonista atraviesa en este viaje” (Anónimo). Ese ritmo frenético se traduce en una puesta en escena de gran riqueza estética en la que se combinan distintas disciplinas artísticas como la danza, el mimo, la música y el lenguaje audiovisual. La iluminación de Jesús Almendro juega un papel determinante a la hora de recrear los distintos espacios en los que transcurre esta historia de amor (un vagón de tren, la habitación de un hotel, la casa de Greta o una carretera) resultando, en conjunto, una obra delicada a la par que intensa que se ha ganado el favor del público y la crítica. No cabe duda de que ha sido una de las mejores apuestas de Cuarta Pared para el año 2016.

Olivia Nieto Yusta

SELITEN@T