Crítica de Abufoneado. Hamlet sudaca

David Hernández Vargas

Prácticas, Máster de Teatro y Artes Escénicas UCM

Abufoneado. Hamlet Sudaca es un compendio teatral formado por fragmentos de “Hamlet” y, sobre todo, textos y ensayos de Juan Radrigán, donde su performador y actor, David Hernández, los materializa a través de un contexto postdramático.

 

Asistiremos durante una hora aproximadamente a una propuesta que mezcla elementos de teatro pobre con teatro épico y de la crueldad. El bufón que contemplamos interactúa con las siluetas de los rostros esparcidos en la sala en grandes papelógrafos y que componen esencialmente el espacio escénico. Valiéndose del humor negro y sarcástico tratará de vengar a su padre fallecido, conservar su memoria, y sensibilizar al respetable con el sistema inicuo, contradictorio y feroz que lo asesinó. Le sustentará un leitmotiv que varias veces se repetirá como buen elemento del clown: “Que haya conciencia en vez de paciencia, que en este viaje nazca el coraje. Que salga el temor, que entre el valor, que hable el bufón, que calle el patrón, que salga el llanto, que entre el canto. Que salga el mal, que entre el bien, como entró Jesús a Jerusalén”.

 

Nuestro intérprete hará gala de sus recursos actorales y de una exigente demanda física y expresiva para acercarnos a su historia y pensamientos. Él mismo manipulará el sonido en escena a través de su teléfono móvil y nos irá guiando e increpando con sus juegos rítmicos, su tensión dramática y dinámicas temporales.

 

Un planteamiento lumínico simple, basado en claroscuros para plasmar la atmósfera planteada por la historia narrada según el momento, y que lo apoyará en cada situación enfatizando sus acciones y buscando su desarrollo.

 

Un sentido político y filosófico que lo impregnará todo, y hará que desde la incomodidad de lo sencillo y minimalista de la escena nos centremos y atendamos a este bufón que transitará primero serio y formal, con su atuendo enchaquetado, para pasar a lo jocoso gracias a la provocación que los hechos que irá contando le propiciarán y así poder expiar su vacío emocional.

 

A destacar el gran trabajo de David Hernández que desde el minuto cero se halló inmerso en la encarnación del personaje y no dudó en ponerse al servicio total de la representación en este monólogo tan crítico y reflexivo de la historia latinoamericana que aseguro no dejará indiferente a nadie, ya que desde la ironía trágica se consigue tocar los puntos empáticos de todo aquel dispuesto a escuchar y sensibilizarse con la injusticia social.

 

David Hernández Vargas, ITEM