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Simple y brutal

Crítica de Experiencia II: encuentros breves con hombres repulsivos

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María Bastianes
Instituto del Teatro de Madrid

A Veronese le gustan las trilogías, después de su festejada trilogía de reescrituras de obras de Chéjov, esta vez nos deslumbra con la segunda entrega de Experiencias, una trilogía centrada en temas sociales espinosos. Esta Experiencia II: encuentros breves con hombres repulsivos, que se ha visto del 10 al 12 de noviembre en Conde Duque, es una adaptación a teatro de algunos de los relatos incluidos en el volumen homónimo de David Foster Wallace. Organizados a maneras de diálogos entre hombres y mujeres donde solo escuchamos la voz del él, en ellos el polémico autor americano (fue acusado por comportamientos abusivos por su expareja) hace, paradójicamente, una cruda disección de los micromachismos y la forma en que la violencia de género se ejerce también de manera retórica.

Como en otras ocasiones, Veronese ha optado por ponerle carne al texto con lo mínimo. En un espacio completamente blanco, una mesa, dos sillas y una pantalla donde se proyecta el título de cada uno de los relatos, el foco de la propuesta está en el trabajo de los intérpretes, vestidos de negro. El hecho de que los diálogos sean representados por dos actores hombres —que se alternan a la hora de encarnar los roles femeninos— nos saca de un registro realista: los diálogos funcionan como recortes que permiten concentrar la atención del espectador en todo el daño que se puede ejercer con la palabra. Y lo que dicen suena conocido. Uno tiene la sensación de que, en otros contextos, ha escuchado las mismas frases, sin entender toda la violencia que conllevaban, como sucede en el primer diálogo, “Paternal”, donde un marido despliega todas sus argucias retóricas para convencer a su mujer de que no tiene la capacidad de divorciarse y dejarlo, desde hacerse la víctima o mostrarse compasionado y protector, hasta llamarla tonta.

Marcelo Subiotto y Luis Ziembrowski tienen una asombrosa capacidad para cambiar de personaje y hacer que cada uno tenga una particular manera de decir y callar. La manera en que Subiotto describe con un gesto de la mano cómo un sexador de pollos deshecha los machos y se queda con las hembras como preámbulo a la proposición sexual —nunca se nos dice exactamente en qué consiste— que está a punto de hacerle a su compañera de diálogo, es simplemente escalofriante.

El espectáculo gana sobre todo en los diálogos más enrarecidos, como aquel en el que, sin explicarse muy bien la situación, el hombre que encarna Ziembrowski le cuenta a una actriz joven (Subiotto) cómo su esposa ha sido objeto de una violación grupal. Intenta así convencerla de que, por no haber pasado por una experiencia similar, ella no sabe lo que es el verdadero sufrimiento, lo que significa quedar reducida a un cuerpo al que se le puede hacer cualquier cosa, a nuda vida en términos de Agamben. Hay un abismo de oscuridad debajo de sus palabras, que por momentos recuerdan al teatro de Martin Crimp: “¿Y si te lo hago yo a ti?”, dice en un momento el hombre. El diálogo se cierra con preguntas marcadas por largas pausas, “¿qué eres tú?, ¿qué sabes tú?, tú no tienes ni la más puta idea de nada…”, acompañados por el silencio absoluto y tenso de los espectadores.

El límite entre cada uno de los diálogos lo marca el ruido de una campanilla que tocan los actores (no lo hacen nunca igual), a manera de rounds de boxeo. Y algo de boxeo tiene toda esta Experiencia II, o al menos uno sale del espectáculo realmente apaleado…


Sinopsis

Si hay un dramaturgo y director que haya explorado como nadie las relaciones humanes este es el argentino Daniel Veronese. Ya sea con sus obras propias o sus versiones de Chéjov o Ibsen. Ahora se acerca a uno de los más grandes novelistas de finales del siglo XX, el estadounidense David Foster Wallace y a sus Entrevistas breves con hombres repulsivos, 23 relatos en los cuales el autor de La broma infinita disecciona la masculinidad tóxica, la hegemonía brutal del hombre. Veronese reduce a ocho las historias y pone en escena a dos actores, dos de los más grandes actores argentinos del momento, que irán alternando roles masculinos y femeninos. Y una única mesa como escenografía.

Dos personajes: A y B. Dos actores que interactúan y que durante ocho encuentros irán alternando, de uno a otro rol. Los escenarios son varios, pero todo apunta a la condición masculina contemporánea que se despliega en un encuentro con una mujer. Una mirada desprovista de testigos. Un ring side sin público. Sobreprotección o falsa protección, intimidación y degradación. Confrontaciones que, en algún lugar y en algún momento, fueron socialmente permitidos. Pero, sobre todo, una lupa sobre la enorme distancia que todavía falta recorrer. En ese terreno se mueve la obra.

La pulcritud y el minimalismo de la puesta en escena de Veronese (los actores inclusive prescinden de su calzado) se encuentra supeditada por la fuerza literaria de su dramaturgia y por el acertado y correspondido protagonismo que le concede a sus personajes principales. De hecho, no hay un solo espectador que haya visto la obra en Argentina y Chile que no haya salido conmovido, incluso conmocionado, de la función. Especialmente los hombres, ya que los textos de Foster Wallace los ponen frente a un espejo cuya visión es perturbadora y cruel, aunque fiel a la historia de dominación masculina. Porque no se trata de conversaciones amables, sino de escenas límite que son marca de la casa de un escritor inconformista que pagó su valentía con la vida.


Equipo



Autoría
David Foster Wallace
Versión
Daniel Veronese
Dirección
Daniel Veronese
Ayudante de Dirección
Adriana Roffi


Producción
T4 / Producciones Teatrales Jonathan Zak & Maxime Seugé, Centro Cultural General San Martín




Reparto
Marcelo Subiotto, Luis Ziembrowski
Escenografía
Daniel Veronese
Construcción de Escenografía
Papier Studio


Iluminación
Ricardo Sica






Fotografía
Germán Romani




























Web Oficial
https://www.tecuatro.com/ES/












Fecha del Estreno: 10/11/2023

Teatro: Centro de Cultura Contemporánea Conde Duque

Sala:  -

Duración en minutos: 60

Género  Comedia dramática

En los Medios

Raquel Vidales, «Los “hombres repulsivos” de Foster Wallace se retratan en el escenario», El País

Pablo Caruana Húder, «La insoportable normalidad de la palabra de David Foster Wallace», Eldiario.es

Ángel Esteban Monje, «Experiencia II: encuentros breves con hombres repulsivos», Kritilo.com

Malena Duchovny, «Experiencia II: encuentros breves con hombres repulsivos», Farsamag


Experiencia II: encuentros breves con hombres repulsivos

Los diálogos funcionan como recortes que permiten concentrar la atención del espectador en todo el daño que se puede ejercer con la palabra. Y lo que dicen suena conocido. Uno tiene la sensación de que, en otros contextos, ha escuchado las mismas frases, sin entender toda la violencia que conllevaban (…) Y algo de boxeo tiene toda esta Experiencia II, o al menos uno sale del espectáculo realmente apaleado…

María Bastianes

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