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El Orphée de Glass-Cocteau se estrena en España

Crítica de Orphée

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Jara Martínez Valderas
ITEM-UCM

A lo largo de las transformaciones que el espectáculo operístico ha vivido durante cuatro siglos, las fuentes inspiradoras de sus libretos han sido varias: en primer lugar el mito, presente en las primeras opere per musica derivadas de las camerate florentinas. Muy pronto, la gran literatura del barroco (Corneille, Racine, Molière…) aliñada en la Italia del clasicismo por las mieles poéticas de Pietro Metastasio y de Apostolo Zeno. Más adelante, el siglo XIX “redescubrió” a Shakespeare y también echó mano de muchos poetas y dramaturgos contemporáneos, desde Schiller hasta Hugo, pasando por Walter Scott, Dumas (hijo), Scribe o incluso autores españoles hoy relegados a un segundo plano en nuestros escenarios como Antonio García Gutiérrez o Ángel Saavedra (Duque de Rivas).

La ópera de nuestros días bebe también de fuentes literarias (clásicas o contemporáneas), pero añade un elemento importante: el cine. Como “relato”, los argumentos de películas de realizadores como Fellini o Cronenberg –por poner dos ejemplos- han funcionado en óperas que han adaptado films como La strada (con música operística de Luc van Hove) o The Fly (adaptada a la ópera por Howard Shore), entre muchas otras.

Inmerso de lleno en la cultura europea, el norteamericano Philip Glass (1937) estrenó en 1993 Orphée, una ópera basada en el film homónimo de Jean Cocteau y que se complementa con La belle et la bête (1994), también a partir de la cinta del realizador francés. No obstante, en este último caso Glass propuso un espectáculo consistente en la proyección de la cinta sin su banda sonora (diálogos y música de Georges Auric) y con una partitura cantada por intérpretes ante la pantalla.

Cuando en 1976 el Festival de Aviñón estrenó Einstein on the beach del tándem Glass-Bob Wilson (sin olvidar la coregográfía de Lucinda Childs), los cimientos de la ópera se tambalearon: ¿dónde están y cuáles son las fronteras de la ópera? ¿Era (es) Einstein on the beach una ópera, o un espectáculo performativo? Preguntas sin respuesta (ni falta que hace), aunque lo cierto es que en aquella propuesta, complementada después con Satyagraha (1980) y Akhnaten (1983) no había una narración en sí misma, una acción dramática específica. El físico Albert Einstein era la excusa, sus textos o sus reflexiones podían ser la base de un texto, sin la linealidad argumentativa de una ópera en el sentido más tradicional del término y con su introducción, nudo o desenlace. Y lo mismo ocurrió con los otros dos títulos, basados respectivamente en las figuras de Gandhi o del faraón Akenatón.

Ahora bien, en Orphée Glass toma el texto de la película homónima de Cocteau en toda su integridad. Los diálogos del film se reproducen, cantados, sobre la siempre sugerente partitura de Glass en un minimalismo ya un poco descafeinado. Un minimalismo, por cierto, que se desintegrará al completo en The perfect American, una ópera de Glass estrenada en el 2011 en Madrid y basada en la vida de Walt Disney.

En Orphée, el texto musical de Glass no encaja con el realismo del texto literario de Cocteau, quien por otra parte recurre ocasionalmente a elementos oníricos y casi surrealistas en su película de 1950: el paso a través de los espejos, las imágenes con el fondo en negativo del viaje en coche de Orphée, la Princesa y el cadáver de Cégeste o diversos planos reproducidos en reverse motion. Elementos visuales que no se plasman en el texto de la ópera, al que Glass pone música. Algo no encaja, mientras sí lo hacía en la trilogía glassiana citada anteriormente, quizá porque esas óperas no son realistas ni tienen argumento, son alegóricas y la partitura funciona a la perfección al servicio de la ambigüedad textual.

El estreno en España de Orphée ha servido para inaugurar la temporada 2022-23 del Teatro Real de Madrid, centrada en el mito órfico, aunque en el caso que nos ocupa los Teatros del Canal son coproductores.

Muy acertadamente, se ha confiado la dirección escénica a un joven talentoso que ya ha dado mucho que hablar hasta el momento: el sevillano Rafael R. Villalobos, que esta misma temporada presentará su montaje pasoliniano de la Tosca de Puccini (estrenado con éxito en Bruselas) en Barcelona y Sevilla.

Villalobos (autor igualmente de los figurines de Orphée) es un hombre culto, pero nada prepotente y que no recurre a elementos gratuitos que demuestren su buena formación y sus inquietudes culturales. En Orphée, el director andaluz ha prescindido del referente de Cocteau y se ha basado única y exclusivamente en la música de Glass. El resultado es un espectáculo estático y hierático, con referencias muy explícitas a Bob Wilson, aunque con un lenguaje propio y personal. La sobria y eficaz escenografía de Emanuale Sinisi y la sabia iluminación de Irene Cantero contribuyen a la coherencia del montaje, aunque en general este se resiente de una frialdad distante y que para nada se basa en el texto de Cocteau.

El problema como decíamos es de base, porque la música de Glass es de todo menos teatral. Y Villalobos se acerca demasiado a la linealidad abstracta de la partitura y se aleja del realismo-naturalismo del texto. Y, al prescindir de la iconografía onírica de Cocteau, ofrece un producto de resultados muy desiguales, sin llegar a nada en concreto a pesar de la honestidad de la propuesta.

Glass escribe una partitura exigente para las voces. Sobresalieron algunos de los cantantes protagonistas, con especial relevancia la Princesa de María Rey-Joly y el Heurtebise de Mikeldi Atxalandabaso. Cumplieron en sus roles respectivos Edward Nelson (Orphée), Sylvia Schwartz (Eurydice) y Pablo García López (Cégeste), ante la atenta batuta de Jordi Francés frente a la Orquesta del Teatro Real.


Sinopsis

En el prólogo de la primera edición de la tragedia original, Jean Cocteau deja constancia de su deseo de que de toda puesta en escena de su texto haga referencia concreta al contexto histórico de su representación, algo que él mismo aplica al evocar en su film el París contemporáneo a la grabación del metraje, pero que el propio Glass parece ignorar al mantener esta temporalidad en su adaptación. A medio camino entre las voluntades de ambos -el primero de apelar a lo que podríamos denominar tiempo del fenómeno, el segundo al tiempo de la fábula-, en la producción que presentamos nos acercamos al Nueva York del tránsito de los 80 a los 90. Cuando la partitura de Glass toma forma, se está produciendo la expansión de la televisión por cable en Estados Unidos tras la completa democratización del uso doméstico del televisor, lo que propiciaría la aparición de cientos de canales creando todo un mundo paralelo de realidad al otro lado de la pantalla lleno de nuevos mitos y falsas inmortalidades, a la vez que transformaba la sociedad en cada vez más pasiva y teleadicta.

Inspirados por la filosofía inherente a la obra de Nam June Paik y en un contexto en el que el debate en torno a la transhumanización señala ese momento histórico como el inicio de la intervención tecnológica en el desarrollo darwiniano de las capacidades cognitivas del ser humano, la analogía entre los espejos de Cocteau y las pantallas nos invita a preguntarnos en qué lado de estas se sitúa el mundo de los vivos y en qué lado el de los muertos.


Equipo



Autoría:
Philip Glass


Dirección:
Rafael R. Villalobos




Producción:
Teatro Real, Teatros del Canal




Reparto:
María Rey-Joly, Isabella Gaudí, Sylvia Schwartz, Natalia Labourdette, Mikeldi Atxalandabaso, Igor Peral, Edward Nelson, Alejandro Sánchez, Karina Demurova, Pablo García-López, Emmanuel Faraldo, Cristian Díaz, David Sánchez, Tomeu Bibiloni, Luis Tausia, Jose Ruiz
Escenografía:
Emanuele Sinisi




Iluminación:
Irene Cantero
Movimiento:
Javier Pérez
Música:
Philipp Glass, Jordi Francés (director musical), Orquesta Titular del Teatro Real


Fotografía:
Pablo Llorente
























Videoescena:
Cachito Valdés


Web Oficial:
https://www.teatroreal.es/es/espectaculo/orphee


Idioma:
Inglés








Fecha del Estreno: 21/09/2022

Teatro: Teatros del Canal

Sala::  Sala Roja

Duración en minutos:

Género:  Musical, ópera

En los Medios:

Mario Muñoz Carrasco, «Sin noticias del héroe»,  beckmesser.com

Alicia Perris, «Madrid, Teatros del Canal, temporada 2022/23
“ÓRPHÉ”», gbopera.it


Orphée

«Villalobos se acerca demasiado a la linealidad abstracta de la partitura y se aleja del realismo-naturalismo del texto. Y, al prescindir de la iconografía onírica de Cocteau, ofrece un producto de resultados muy desiguales, sin llegar a nada en concreto a pesar de la honestidad de la propuesta.»

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