Crítica de La mina

Olivia Nieto Yusta

SELITEN@T-UNED

La Mina es la tercera obra de Producciones Bernardas, compañía fundada por Aldara Molero y Camino Ventura. Antes de La Mina llevaron a escena dos obras escritas y dirigidas por Aldara Molero, Para poder seguir sin ser yo (finalista en el Certamen de Jóvenes Creadores de la Comunidad de Madrid 2013) y Allí (Primer Premio en el mismo certamen, en la edición de 2014), que en varias ocasiones les mereció el calificativo de “compañía revelación de la temporada”. La concepción teatral de La Mina está vinculada a Aldara Molero (autora, directora e intérprete de la pieza) quien conoce de cerca la profesión: es hija y nieta de mineros. Desde pequeña ha sido consciente de que la profesión de minero va ligada a una lucha por la dignidad. Por este motivo La Mina “nace de la necesidad de homenajear a un sector industrial que forma parte de la memoria de nuestro país, y a todos los hombres y mujeres que luchan por el futuro de las comarcas mineras” (http://www.artezblai.com/artezblai/la-mina-de-producciones-bernardas-en-cuarta-pared.html). A la hora de documentarse el equipo de La Mina viajó a distintas regiones de Teruel (Andorra, Albalate y Ariño) para poder conversar con mineros, sindicalistas y políticos; e incluso llegaron a hacer una incursión al interior de una mina. Tras su estreno en Andorra (Teruel) en octubre de 2015, y con una buena acogida por parte de la crítica, la obra llega a la Sala Cuarta Pared de Madrid en enero de 2016. De la mano de cuatro mineros (Ramón, Pedro, Josele y Antonio) y la mujer de uno de ellos (María) el espectador se adentra en las entrañas de la tierra y conoce en primera persona el riesgo que asumen diariamente estos profesionales. La escenografía de Irene Gaudioso recrea esa atmósfera asfixiante donde no falta ningún detalle (humedad, oscuridad, espacios angostos). En este entorno cada uno de los personajes expondrá sus dudas y sus miedos. La Mina no es una mina concreta (en ningún momento se nos permite identificar el lugar) sino la mina como profesión y como lucha de un colectivo que ha pasado de padres a hijos y que siempre ha carecido del apoyo necesario por parte de gobierno e instituciones.

 

Olivia Nieto Yusta, SELITEN@T