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Crítica de Luces de bohemia

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Carmen González Vázquez
ITEM-UAM

 

«A la realidad de Luces nos gustaría ponerle encima la tela del olvido, pero Valle la levanta para convertirla en telón: que comience el espectáculo». Con estas palabras finaliza Alfredo Sanzol la presentación de su puesta en escena para el Centro Dramático Nacional, teatro público que tiene esperpénticamente el nombre más apropiado para acoger una obra de 1920 que continúa siendo de una lamentable contemporaneidad para una nación -la de Valle, la nuestra-, que se muestra diáfana, cóncava y convexa en casi cada aspecto de la vida política, social, económica y cultural. Es la apuesta de un director, reciente premio Valle Inclán 2018 por La Ternura(compañera de Luces estos días en la cartelera madrileña), quien se ha arriesgado a presentar el texto de Luces de Bohemia hasta su última frase, la de El Borracho a Don Latino: ¡»Cráneo privilegiado!». Opción valiente pues, tras la magnífica interpretación de la muerte de Max por parte de Juan Codina, los aplausos podrían haber ido detrás del féretro aprovechándose del clímax trágico,  pero Sanzol acepta que la vida continúe con su devenir, con su ritmo frío de verdad latente y no se lo esconde al público, que (¡gracias, Alfredo!) no tiene que acudir a la lectura de la obra para conocer el final valleinclanesco. Además, a la sala del María Guerrero están acudiendo jóvenes (qué alegría) que deben leer esta obra en la programación de Segundo de Bachillerato; quizás así comprendan mejor esta obra difícil y se sientan embargados por Max, por su noche y por su amanecer: yo tuve que esperar hasta el montaje de Helena Pimenta en 2002, con un Max protagonizado por Ramón Barea acompañado de Cesáreo Estébanez que todavía recuerdo y a los que guardaba en la retina hasta que empezaron a hablar éstos de 2018 por los que me he dejado llevar en mi particular viaje imaginario. La función teatral no es efímera.

 

            Max, contradictorio, grande, mezquino, generoso, digno, olvidadizo de quienes de verdad le querían, doloroso, modélico, infinito -pero no excesivo- y siempre poeta a la búsqueda de la aceptación está acompañado por un férreo Don Latino y por una cuarentena de personajes (repartidos entre 14 intérpretes magníficos) en esta puesta en escena que homenajea la palabra y en la que no hay disparidades entre unos actores y otros. Es un acierto que se haya incorporado una partitura original con un piano en directo para ambientar el café; la música sirve como elemento de transición en el último viaje de Max por su Madrid querido. De 8 a 8, cuando llega un amanecer que, como en la tragedia de Séneca, alumbra con su luz la muerte del bohemio. Las últimas 12 horas que son sus últimos 12 cantos de poeta, como 12 son los del último viaje de Ulises en La Odisea.Y luego, hasta el 15, la vida sigue, aunque ellas se hayan apeado de ese viaje gracias al fuego del hogar. Por eso la escenografía de Alejandro Andújar es especialmente atinada al jugar con los espejos y con la ausencia de ellos, con las luces y con sus sombras. La caja negra del teatro como opción escenográfica completa los diálogos y las escenas desnudas en las que la ilusión de la vida son aplastadas por la realidad descarnada.

 

            Sanzol dialoga con el mundo de Valle; por eso se entiende que se haya añadido en el montaje una canción escrita por Fernando Velázquezsobre un poema que Manuel Machadodedicó a Alejandro Sawa, periodista y amigo de Valle que parece haber inspirado el personaje de Max. Es un homenaje a la cultura y un homenaje a nosotros, espectadores, lectores, a quien Valle Inclán nos mantiene dolorosamente vivos y alerta.

 

Carmen González-Vázquez, UAM-ITEM


Sinopsis

Valle Inclán narra las últimas horas de la vida de Max Estrella, un anciano poeta andaluz de odas y madrigales, ciego, que gozó de reconocimiento en otro tiempo, pero que no tiene cumplido su deseo de ser aceptado por la academia oficialista.
El anciano poeta sale de su casa para peregrinar por un Madrid oscuro, pero que ofrece muchas luces, acompañado de su amigo Don Latino de Hispalis, quienes se encontrarán con distintos personajes y situaciones que originan diálogos con los que se critica la situación política, cultural y social de un país que no reconoce a sus hombres ilustres, porque, como exclamó el agonizante Max, «España es una deformación grotesca de la civilización europea». Luces es un viaje hacia la deformación de la realidad y hacia la génesis de nuestra esencia: «Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento», escribe Valle. El espejo cóncavo es una conciencia dolorida, una conciencia moral.


Equipo



Autoría
Ramón María del Valle-Inclán


Dirección
Alfredo Sanzol
Ayudante de dirección
Beatriz Jaén
Adaptación
texto fidedigno
Producción
Centro Dramático Nacional
Producción Ejecutiva
Centro Dramático Nacional


Reparto
Chema Adeva, Jorge Bedoya, Josean Bengoetxea, Juan Codina, Paloma Córdoba, Lourdes García, Paula Iwasaki, Jorge Kent, Ascen López, Jesús Noguero, Paco Ochoa, Natalie Pinot, Gon Ramos, Kevin de la Rosa, Ángel Ruiz, Guillermo Serrano
Escenografía
Alejandro Andújar
Construcción de escenografía
Pascualín Estructures


Iluminación
Pedro Yagüe


Música
Fernando Velázquez
Espacio Sonoro
Fernando Velázquez
Fotografía
MarcosGPunto






Vestuario
Alejandro Andújar
Ayudante de vestuario
Carmen Mancebo
Realización de vestuario
Maribel Rodríguez Hernández
Caracterización
Chema Noci
Diseño del cartel
Javier Jaén












Web
Luces de bohemia


Idioma
Castellano








Fecha del Estreno: 04/10/2018

Teatro: Teatro María Guerrero. Centro Dramático Nacional

Sala:  -

Duración en minutos: 135

Género  Drama

En los Medios

-Moisés C. Alabau, En Platea: «Los espejos del esperpento»

-Marcos Ordóñez, El País«La semana pasada me llegó el Max Estrella más completo que he visto»

-Aldo Ruiz, El teatrero, ‘LUCES DE BOHEMIA’: Imponente puesta en escena de sanzol protagonizada por los espejos…»

– Eduardo López, La guía del ocio, «Un Madrid absurdo, deforme y opresivo» 

– Julio Bravo, ABC, «Luces de Bohemia  vuelve al María Guerrero»

– Diego Doncel, ABC,«Luces de bohemia»: juego de espejos»

– Julián Herrero, La Razón, «Puro Valle-Inclán, puro Sanzol»

– Javier Vallejo, El País-Babelia, «El gran Vía Crucis de Max Estrella»

– José Miguel Vila, Ociocritico.com, «Luces de bohemia: la trágica y perpetua mojiganga española»


Luces de bohemia

«Sanzol nos deleita con un montaje excepcional en el que brillan…»

Aldo Ruiz

1 Comentario

  1. Adriana

    Muy buen aporte, muy recomendable! Saludos.

    Responder

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