Inicio 5 Obra 5 El principio de Arquímedes
teatro

¿Inocente o culpable?

Crítica de El principio de Arquímedes

image-1
Candela Caballero Torres
Prácticas, Máster de Teatro y Artes Escénicas UCM

En esta última versión de El principio de Arquímedes, el propio Josep Maria Miró, galardonado en 2011 por esta obra la cual ha sido representada en múltiples ocasiones, nos trae su visión escénica. La pieza se lucra de una original dramaturgia con saltos temporales que enriquecen el dinamismo del conflicto y va revelando a cuenta gotas la información conflictiva. La escenificación sucede en unos vestuarios de una piscina, durante el cambio de turno. El espacio es cuadrado y bien podría estar preparado para cuatro frentes. Dos bancos se sitúan en lados colindantes, hay cajas con material de piscina (churros, burbujas) que entran y salen de escena en función del tiempo y la acción de actividad. En el centro, unos bancos unidos por una estructura similar a una burra, que permite un juego de espejos si se quisiera. Bajo estos, unas diminutas taquillas. Esta estructura es móvil,  de forma que las propias transiciones entre escena, son «girando» la escenografía gracias a su movilidad. Adquirimos así diferentes planos de un hecho que tampoco suman una gran revelación a la obra, más allá de la propia transición.

Quizás es porque al leerme El principio de Arquímedes, ya quedé sorprendida por la estructura que guarda su dramaturgia, y desde mi punto de lectura, el personaje de Jordi (en esta versión, castellanizados) te mantiene en duda sobre su inocencia o culpabilidad por siempre, pues es una obra inconclusa. El caso es que al verla representada y adquirir unas interpretaciones muy superficiales, ese efecto se diluyó. Sin duda, el éxito en el público fue la estructura temporal, y aunque el texto está cargado de esticomitias, la aceleración de sus personajes, ese ritmo frenético que entiendo que quiere conseguir Miró para cargar el conflicto, está jugado siempre de la misma manera, perdiéndonos algunas veces en la claridad del texto.

Si esta pieza tiene alguna gracia, precisamente es la del jugar con la dualidad del personaje de Javier (Jordi), que en este caso, presta una visión bastante clara de su inocencia, con una culpabilidad impuesta por la dramaturgia. El protagonista sufre un cambio pero no con forma de arco, sino de pico, de forma que una vez llevada a cabo la acusación sobre el niño, todo se revela igual.

Josep Maria Miró nos ofrece una versión de la obra per se con poco juego interpretativo, pero con una innegable originalidad estructural y temática.

(8/10)

 


Sinopsis

Ha llegado el día que los «Caballitos de mar», el grupo infantil de natación, empiezan a nadar sin burbujita. Este momento crucial para los más pequeños de la piscina, es el desencadenante para que salgan a la superficie sospechas, dudas y temores. Anna, la directora del club del natación, pide explicaciones a Jordi, el entrenador de los Caballitos, después que algunos padres se hayan quejado de como el chico ha gestionado la negativa a lanzarse al agua de un niño asustado. Pero el problema es otro: los padres ven con inquietud y preocupación que, para tranquilizarlo, lo haya abrazado y le haya dado un beso.


Equipo

Dramaturgia
Josep María Miró
Autoría
Josep María Miró


Dirección
Josep María Miró
Ayudante de dirección
Quique Jáuregui


Producción
El Tío Caracoles y MP producciones




Reparto
Ana Belén Beas, Pablo Béjar, Guillermo López, Alejandro Tous
Escenografía
Fer Muratori




















Vestuario
Silvina Falcón










Premios
XXXVI Premi Born de teatro en 2011












Idioma
Castellano








Fecha del Estreno: 22/04/2022

Teatro: Teatro Quique San Francisco

Sala:  -

Duración en minutos: 80

Género  Drama

En los Medios


El principio de Arquímedes

«Presta una visión bastante clara de  la inocencia del personaje, con una culpabilidad impuesta por la dramaturgia. «

Candela Caballero

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Compartir