Crítica de El árbol de mi vida

Olivia Nieto Yusta

SELITEN@T-UNED

La Sala Cuarta Pared ha programado un otoño muy especial para el público infantil. Entre las prestigiosas compañías que forman parte de la programación se encuentra Pata Teatro y su obra El árbol de mi vida que obtuvo el Premio FETEN 2015 a la Mejor Interpretación “por llevar a escena la poética de lo cotidiano”. Este espectáculo también fue nominado en tres categorías en los Premios Lorca de Teatro Andaluz 2015: Mejor Espectáculo para la Infancia, Mejor Autor y Mejor Dirección. Asimismo es un Espectáculo Recomendado por la Red Nacional de Teatros y Auditorios.

La obra surgió dentro del Proyecto Observatorio del Duelo como encargo del Grupo ASV Servicios Funerarios. El objetivo de este proyecto era abordar temas relacionados con el ciclo de la vida con especial atención a la muerte y analizar cómo se trata esta cuestión dentro del ámbito familiar y educativo. Se consideró que el teatro podía ser una buena herramienta para introducir el tema de la muerte a los niños y de algún modo “contribuir a la normalización de uno de los grandes tabúes de la sociedad actual” (Prensa Grupo ASV). En este sentido, el tema de la muerte también ha estado presente en otra obra de teatro infantil programada por Cuarta Pared en 2016, La casa del abuelo de La Rous Teatro, con la que se enseña a superar la pérdida de un ser querido y cómo su recuerdo puede mantenerle vivo en nuestra memoria. Precisamente esta misma idea la encontramos en El árbol de mi vida como explica la responsable de I+D+i de Grupo ASV Servicios Funerarios Imma Casacuberta: “contactamos con la compañía Pata Teatro y le propusimos hablar de la vida y de la muerte como la esencia del ciclo biológico, ellos asumieron el proyecto con entusiasmo y han logrado una obra en la que se entiende la muerte como algo natural y además deja un mensaje muy importante: nadie muere mientras alguien le recuerde” (ABC Comunidad Valenciana).

La obra nos presenta el ciclo de la vida a través de tres personajes, ÉL, ELLA y PEQUEÑÍN. Sus experiencias y sus recuerdos van conformando el árbol de la vida, un viaje vital que inevitablemente acaba llegando a su fin. En este sentido cabe apuntar que en todo momento se ha tratado el tema de la muerte con delicadeza, con humor y de una manera positiva para lo cual la compañía ha contado con el apoyo de psicólogos especialistas en pérdidas y duelo que les han asesorado durante el proceso de creación del texto dramático. Si bien la compañía Pata Teatro “acostumbra a utilizar como punto de partida textos “considerados para adultos” y convertirlos […] en una obra de teatro para el público familiar” (EFE), no cabe duda de que El árbol de mi vida ha supuesto un trabajo muy especial dentro de su trayectoria. La puesta en escena es sencilla: un árbol con hojas de papel escritas (el árbol simboliza la vida y cada una de las hojas es un recuerdo), varias macetas y una regadera. Con estos pocos elementos se articula un montaje dinámico, poético y muy bien interpretado. Todo está repleto de bellas metáforas sobre la vida y la muerte y con el humor como uno de los elementos principales. Este recurso siempre está presente en las creaciones de Pata Teatro, una compañía acostumbrada a trabajar cualquier tema desde la comedia (llevan haciéndolo desde 1998), ya sea un tema duro o delicado, porque consideran que es un género que permite “decir prácticamente todo, da mucho juego, y la risa puede hacer reflexionar incluso más que el drama” (EFE). Este espectáculo combina con gran ingenio humor, poesía y vitalidad en torno a un tema difícil. Tan solo queda decir que aplaudimos enérgicamente este trabajo que deja poso en niños y adultos.

Olivia Nieto Yusta

SELITEN@T