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Crítica de CASA

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Andrea Hurtado Martínez
Prácticas, Máster en Estudios de Género UCM

¿Qué es para ti el derecho a una vivienda digna? Esta es la pregunta que nos hace el equipo antes de entrar a la sala. Una cuestión que sirve de reflexión durante la representación y, además, acompaña al relato. Lucía Miranda, dramaturga y directora de Fiesta, fiesta, fiesta, llega al Teatro de la Abadía con su última producción CASA que estará hasta el 6 de marzo. Esta vez la directora de la compañía Cross Border lleva a cabo una producción considerada teatro documental y verbatim en la que recoge varios relatos de las 40 entrevistas que realizó en el proceso creativo de la pieza. Esto lo explica la propia Miranda en el encuentro con el reparto después de la función.

CASA cuenta la historia de cinco personajes principales, y otros que conviven con estos, conteniendo un total de 25 personajes. Por un lado, tenemos a un hombre de avanzada edad que se dedica a la arquitectura, un adolescente migrante que acaba de cumplir los 18 años y que sale de un piso tutelado. Una joven venezolana solicitante de asilo en España, un hombre con discapacidad que vive con sus padres y quiere independizarse y, por último, una mujer que está en guerra con el banco por no terminar de pagar su hipoteca. Todas estas historias entrelazadas con ingenio por la autora, tienen un punto en común: la búsqueda de un hogar, una casa, un refugio, cada personaje posee su propia definición sobre esto y nos la cuenta. No existe cuarta pared. Los personajes interpelan en repetidas ocasiones al público, aunque sí que ocurren escenas puntuales donde no hablan directamente con él. Sucede en las secuencias en las que los personajes interactúan con otros.

El reparto está compuesto por cinco intérpretes: Pilar Bergés, César Sánchez, Macarena Sanz, Efraín Rodríguez y Ángel Perabá, siendo estos dos últimos actores veteranos en la compañía. El trabajo verbatim que realizan es un proceso en el que la autora somete al elenco para llevar a cabo la construcción de personajes. Con ese fin, los actores y actrices cuentan que desde el primer día de ensayos tienen en sus manos la grabación de las personas reales de las que está inspirada la dramaturgia. Estas conversaciones son producidas por Lucía Miranda y su equipo. Sin embargo, los detalles, interrupciones, en esencia: la forma de hablar cotidiana está, y es lo que trabaja el elenco en el proceso de creación. Las interpretaciones son complejas, además de que cada intérprete no compone un único personaje. El reparto desempeña su trabajo actoral con honestidad y lealtad al relato que cuentan.

Los actores y actrices están en escena todo el tiempo, se visten y desvisten con los atuendos de los personajes sin esconder nada al espectador. Esto funciona y hace que la representación sea dinámica y rítmica. De hecho, impacta el alcance del actor o actriz para cambiar de un personaje a otro, de una capacidad vocal y corporal precisa a otra muy distinta. Que la obra tenga un ritmo ágil es porque en ella se encuentran escenas de “descanso”, en los que la pieza utiliza un momento musical para explicar algo que resulta complejo. Esto ocurre en el show de Guada y Lupe, dos puppets que nos exponen cómo es el sistema financiero dentro de la banca.

La escenografía está a cargo de Anna Tussell y Fátima Cué quienes optan por no llenar el escenario y convertir el fondo de este en una especie de camerino con estanterías. También aprovechan un panel donde se proyecta la videoescena que es llevada a cabo por Javier Burgos. Las proyecciones es un recurso que se usa sin abusar y son empleadas para crear la atmósfera de la escena. En cuanto a la iluminación de Pedro Yagüe que no le falta detalle, debo advertir de su prudencia. Tiene también momentos fantásticos y oníricos como la imagen que componen los intérpretes sosteniendo las casas iluminadas sobre sus hombros. O la escena donde el personaje de Fede corre tras una gallina, y esta es representada en movimiento en una secuencia de luces.

El proyecto Cross Border realiza un trabajo cultural, pedagógico y social que impacta en nuestra costumbre de concebir historias sobre las tablas. La dramaturgia de Miranda es entregada y muy cercana con el público. Personalmente me entusiasma, puesto que desemboca a otra forma de imaginar el arte teatral y recuerda que el oficio escénico convive más con la gente que con el héroe o la heroína del relato. [9/10]


Sinopsis

Todos hemos vivido alguna vez en una. La dibujamos de niños. La gritamos para estar a salvo al jugar al pilla pilla. De adolescentes nos queremos ir de casa. De mayores queremos morir en ella. Es de las primeras palabras que aprendemos en otro idioma. En algún momento te preguntas cuándo tu casa empezó a llamarse “la casa de tus padres”. Pero qué es casa.

Cogí mi grabadora y pregunté a más de 40 personas muy diversas qué es la casa para ellas. Escuché de desahucios, gentrificación, y especulación inmobiliaria, de casas de acogida, casas tuteladas, de la crisis del 2008, del COVID, de la crisis de los refugiados, de la migración, de los ‘menas’, de las leyes de urbanismo, de los chanchullos y de las hipotecas.

Después transcribí palabra por palabra (esta, es una obra documental verbatim) y fui encontrando a los protagonistas de mi historia a los que les cambié de nombre y poco más: un arquitecto que construyó más de 500 viviendas pero que a su hija, en herencia, le dejará unos cimientos, un chico que lleva media vida en una residencia de menores, una joven refugiada venezolana que consiguió el asilo gracias a una canción de Nirvana, un hombre con diversidad funcional que lucha por su independencia, una activista de la PAH con la que enamorarnos en París.
Y un hombre de la NASA que lo observa todo.

El elenco hizo una lectura para las personas entrevistadas, lloramos, reímos, y nos pusimos a trabajar. En un espacio que recuerda a un set de cine, sus historias se entrecruzan para formar una sola. Casa es un relato intergeneracional, que se pregunta sobre el artículo 47 de la Constitución, y por el camino de vuelta a casa. Porque cuando estamos perdidos, cuando estamos cansados, ¿cómo encontramos el camino de vuelta a casa? Y en esto de la vivienda, ¿quiénes somos nosotros, Elliot o E.T.?


Equipo

Dramaturgia
Lucía Miranda
Autoría
Lucía Miranda


Dirección
Lucía Miranda
Ayudante de dirección
Román Mendez y Marina Álvarez Moltó
Adaptación
https://casalaobra.tumblr.com/
Producción
Helena Ordóñez Bergareche




Reparto
Pilar Bergés, Ángel Perabá, Efraín Rodríguez, César Sánchez y Macarena Sanz
Escenografía
Ana Tussell|Creators of legend (construcción de casas), Merche Cuesta Ramón – La casica Puppets (construcción muppets) y Manuel Román (asesor de muñecos)
Construcción de escenografía
Mambo decorados
Ayudante de escenografía
Fátima Cué
Iluminación
Pedro Yagüe




Espacio Sonoro
Nacho Bilbao
Fotografía
Javier Burgos






Vestuario
Ana Tussell
Ayudante de vestuario
Fátima Cué












Efectos especiales
Javier Burgos




Web
https://thecrossborderproject.com/casa/


Idioma
Castellano








Fecha del Estreno: 01/12/2021

Teatro: Teatro de la Abadía

Sala:  José Luis Alonso

Duración en minutos: 95

Género  Documento, Verbatim

En los Medios

Bea López, “Casa soy yo”, Teatro Madrid  (9,5/10)

Alberto Ojeda, “Casa, el derecho a la vivienda como quimera (o camelo) en el Lliure”, El Español (9/10)

Ivan Alcázar Serrat, “Poner el cuerpo (en escena)”, Directa (7,5/10)

José-Miguel Vila, “Casa: almas, proyectos, sueños, amores, alegrías y sufrimientos concentrados en una sola palabra”, Diario Crítico (10/10)

Entrada Foro: Marga Díaz Satué y Luis Pradilla, “#CASA: work in progress de Lucía Miranda”, El Pequeño Espectador

Entrevista David Hinarejos, “¿Qué es y qué representa lo que llamamos casa?”, Revista Godot

Reportaje: crossborderproject, “Casa” del Cross Border en el Teatre Lliure, Teló de Fons

Reportaje: crossborderproject, “Casa” de Lucía Miranda en Teatre Lliure, Artic de Betevé

Reportaje: crossborderproject, “Lecciones para aprender a manipular una muppet”, Ángel Perabá


CASA

«El proyecto Cross Border realiza un trabajo cultural, pedagógico y social que impacta en nuestra costumbre de concebir historias sobre las tablas. La dramaturgia de Miranda es entregada y muy cercana con el público.»

Andrea Hurtado

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